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1) Cambio de amistades: Los jóvenes que
comienzan a consumir generalmente cambian a los amigos que siempre han tenido
por otros que consumen.
2) Síndrome amotivacional: El joven no
encuentra motivación en ninguna actividad de las tradicionales o de las que
siempre ha compartido con su familia. Comienza a aislarse de su grupo
familiar.
3) Cambio de costumbres: Generalmente
los jóvenes cambian sus hábitos como consecuencia de sus nuevas amistades y
"actividades".
4) Descuido personal: Generalmente los
jóvenes que consumen sustancias descuidan su vestimenta y muchas veces están
menos preocupados por su aseo personal.
5) Salidas permanentes del hogar: Los
jóvenes necesitan salir a abastecerse de drogas, por lo que comienzan las
salidas misteriosas y en horarios que no eran comunes. Suelen empezar a mentir
con relación a sus actividades o simplemente a no contar qué hace.
6) Cambios en
la personalidad: algunas drogas son depresoras y otras estimulantes del Sistema
Nervioso Central. De acuero al tipo de sustancia puede pasar de momentos de
depresión a situaciones de
euforia, o puede caer en cuadros de ira o extrema angustia por la falta de
sustancia.
7) Ausencia escolar: Este indicador es
clave porque designa el inicio de consumo de sustancias, ya que los jóvenes
comienzan a "ratearse" y a sumar faltas aceleradamente.
8) Desaparición de objetos: Es común
que en la casa de un joven que comienza a usar drogas comiencen a desaparecer
pequeños objetos, de poco valor al comienzo. A veces inventan que los asaltaron
y les robaron camperas, zapatillas u objetos de valor. Recuerde que las drogas
no son gratuitas y que producen tolerancia: esto quiere decir que de a poco van
necesitando de dosis cada vez más altas para lograr el mismo efecto.
9) Pupilas contraídas o dilatadas, ojos
enrojecidos y/o pequeños, congestión nasal, etc.: el uso de ciertos estimulantes
produce contracción pupilar y sudoración de manos. Con la marihuana se enrojecen
los ojos, aunque los descongestionantes oftálmicos ayudan a desinflamar. La
irritación nasal es frecuente en el caso de inhalación de ciertas sustancias
como la cocaína.
10)
Alteraciones en el apetito, peso corporal o sueño: El
consumo excesivo de bebidas alcohólicas, además de su olor característico,
produce aumento de peso por el gran aporte calórico que significa el alcohol
mismo. La cocaína y anfetaminas, en cambio, son anorexígenos: quitan la
sensación de hambre, por lo que normalmente el joven baja de peso. Un caso más
extremo de pérdida de peso importante y abrupto puede estar asociado al consumo
de Pasta Base de Cocaína o Paco. El sueño también se ve alterado, ya que en
general el consumidor de drogas duerme mal o no duerme. Cambia los días por las
noches invirtiendo los ciclos normales de sueño-vigilia.
Estos son algunos indicadores
frecuentes, pero es importante tener en cuenta que muchos jóvenes presentan
algunas de las características enunciadas sin por ello ser consumidores de
drogas, ya que muchas de ellas son propias de la adolescencia. Sin embargo, si
reúne gran cantidad o todas ellas, lo mejor sería consultar.
FORO DE
PREVENCION NOSOTROS X UDS
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24/5/13
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