Sólo faltaba un tren y su silbato característico para sentir la esencia ferroviaria y de nuevo ver brillar en cada luz, en cada baile y en cada canción el alma de un pueblo que canta, recuerda y mantiene vivas sus tradiciones.
Otra vez peñas y en la estación, una iniciativa que agranda el nudo de la garganta al ver esa estación ferroviaria en medio de sones folklóricos en tardecitas de verano.
La invitación “prendió” ya que desde temprano comenzó a llegar gente con sillas y bancos, en zapatillas, en alpargatas, con lo que fuera para cantar, bailar o a recorrer puestitos de artesanos.
Volvió a Alvear la Peña al aire libre de raíz folklórica, espacios que se replican en todos los pueblos, con o sin escenarios, con o sin micrófonos, a veces con cantos “a grito pelado” pero siempre con una audiencia entusiasta y familiar.
Las peñas dan para todos: para los cantantes consumados o para los que recién empiezan; para los que saben mucho o para los que no saben nada, para los que bailan desde siempre o los que se animan “a dar vueltas” y reírse un poco… La peña es la excusa ideal para bailar, cantar y apreciar comidas camperas entre el griterío de muchos chicos y grandes en un lugar de resguardo y disfrute de las tradiciones.
COMIENZAN LAS PEÑAS EN LA ESTACIÓN
Las “Peñas de Estación” organizadas por José “Melli” Díaz, contaron con la presencia de tangos, milongas, gatos, chacareras y valses de la mano de muy buenos músicos que fueron acompañados de numeroso público en una nochecita excepcional donde “no se movía una hoja”.
El lugar, fantástico: la estación de trenes del ferrocarril Roca enmarcada por los imponentes almacenes de antaño bajo la gran Bandera Argentina del mástil de la estación.
Con luces de colores, guirnaldas y reflectores, el edificio lucía tal cual los bailes de la película “Luna de Avellaneda”, alegre, vivo, como cuando el barrio se preparaba para “mover las tabas”, hacer el novio, mirar puestitos artesanales, o hacer la cola entre el humo para comerse un choripán, unas empanadas o unas hamburguesas calentitas.
LOS AMIGOS MÚSICOS DE OTROS PUEBLOS
Músicos y bailarines de Saladillo, Las Flores y Roque Pérez estuvieron en a Peña. La noche comenzó con un amigo del pueblo de Del Carril, Ricardo Del Carril, que “rompió el hielo” inicial con cuecas, zambas y chacareras que movió los pies de parejas de distintas edades que bailaron en cualquier lugar del predio que de repente, perdió su solemnidad y se llenó de brazos al viento y entrechocar de palmas.
CONTRAPUNTO DE UN PAYADOR Y LOS RAPEROS
El alvearense “Pachequito”, el grande don Cayetano Daglio, estaría feliz de ver bajo la galería ferroviaria al payador Daniel Reyna que con bombachas, rastra y guitarra deleitó con sus canciones e improvisaciones y que, haciendo gala del arte payadoril, se prestó a hacer un contrapunto con los raperos “Dylan” y “Finy”, espectáculo que divirtió a los oyentes y que provocó gran cantidad de carcajadas ante el respuestas provocadoras de los contrincantes.
Presentes también estuvieron el tango y la milonga en la voz de “José Tango” de la ciudad de Las Flores que ejecutó una seguidilla de canciones que asombraron a los presentes ya que el tango cantado y ejecutado ya no se escucha en General Alvear que se ha quedado sin músicos y cantantes de este género.
TODOS A BAILAR CON JUAN BUSTOS
Los amigos del “Melli” se sucedían.
El profesor Juan Bustos asombró con su contrapunto de malambo y él, junto con los integrantes del Ballet Folklórico, estuvieron presentes desde el primer momento y durante toda la noche bailando acompañados por un público entusiasta, con bailarines que no se hacían rogar y que pedían chacareras a viva voz ya que son las que cualquiera se anima a bailar, canturreando o aplaudiendo con ganas las interpretaciones del grupo Alvear Proyect con la impecable voz de Matías Cirio acompañado por Cascallares en guitarra y el Paisa Fernández en bombo.
CANTANDO CON DANIEL ROMÁN
Por supuesto no podía faltar Daniel Román con su potente voz y la garra que le pone a cada interpretación hicieron olvidar lo adentrada de la noche, acompañado como siempre por los amigos de Saladillo que bailaban en cualquier lugarcito y que animaron a muchos alvearenses a dejar la silla y levantar los brazos en sentidas chacareras.
Y ya de medianoche, el “PAMPA” Y “LOS DEL SALADO”
Grandes y chicos bailando en cualquier lado y ya en la medianoche, recibieron al “Pampa” Miguel Leiva y al dúo “Los del Salado” de Las Flores que cerraron un espectáculo único en el marco de una preciosa estación, iluminada de colores, prolija, brillante y llena de gente que recorrió el andén, el prolijo parque de la estación y los puestitos de artesanos que completaron un marco alegre y atractivo que recordó a las antiguas kermeses y bailes de pueblo.
Las “Peñas de Estación” organizada por José “Melli” Díaz fue un claro ejemplo de que el patrimonio histórico cultural debe ser entendido como proyecto turístico. Proyecto Turístico hacia dentro y hacia afuera, realizando la Puesta en Valor de nuestra música folklórica, de nuestros ritmos y bailes en un sitio muy querido y representativo de la ciudad como es la estación del ferrocarril.
No sólo un lugar sino muchos recuerdos juntos y más de un lagrimón reflejado en la tan bonita estación resplandeciente entre lamparitas de colores.
Sólo faltaba un tren y su silbato característico para sentir la esencia ferroviaria y de nuevo ver brillar en cada luz, en cada baile y en cada canción el alma de un pueblo que canta, recuerda y mantiene vivas sus tradiciones.