Los
abetos son coníferas muy importantes por su valor maderero y ornamental. En
General Alvear vegeta un excelente ejemplar en la Plaza principal, y otro de
menos años y desarrollo, vegetaba en una cazuela sobre una carpeta de cemento
del patio abierto a pocos metros del Club Social, enfrente de la misma plaza.
La Sra. Elena Sampietro, propietaria del lugar y del árbol, tomo la importante decisión de donarlo a la Municipalidad. Este gesto implicaba el difícil desafío de poder extraerlo y llevarlo a otro lugar con la esperanza de que sobreviviera. El nuevo lugar para la planta se eligió en uno de los ocho canteros triangulares de la plaza, adyacente con el abeto ya existente. A tal efecto fui consultado sobre cómo realizar el trasplante. Se programó el traslado tratando de aprovechar la estación invernal, ideal para este tipo de operaciones.
Lamentablemente al inspeccionar en detalle la situación nos encontramos con dos problemas insuperables: a) había una fuerte raíz (que luego descubriríamos que era la principal) que a unos 20 centímetros se horizontalizaba penetrando por debajo de la carpeta de cemento en los cimientos de la construcción vecina; y b) la flecha del abeto o parte superior del fuste estaba fuertemente inclinada, por la búsqueda de luz de la planta, el vegetar en un lugar con poco soleado.
No quedaba otra que cortar esa raíz horizontal, casi a un metro de su nacimiento y se realizó un foso perimetral, aproximadamente circular de casi un metro de radio, a una profundidad que superaba los 60 centímetros, y se procedió a zunchar ese gran terrón con plástico de silo bolsas, estacas verticales de madera, todo ligado con tres circunferencias de alambre. Y se procedió a darle un riego sistemático con la intención de que la planta pudiese generar algunas raíces nuevas, e incluso se fertilizó el terrón para compensar el corte de la raíz principal. Así permaneció la planta durante casi 90 días, y recién ayer se realizó el trasplante.
Al comenzar a solivianar el terrón, nos encontramos con una gruesa capa de escombros a tan solo 40/50 cm. del horizonte de la carpeta, que explicaba entonces porque la planta había generado esa raíz principal horizontal, al no poder penetrar esa capa de materiales duros. Con un cuidadoso trabajo con pala, pico y hachuelas de mano, se logró finalmente liberar el abeto de su anclaje, descubriéndose entonces que no había raíz pivotante central. Lamentablemente cuando se intentó proteger el terrón con plástico de silo bolsas, éste se disgregó, oportunidad en que pudo observarse visualmente un ramillete importante de raíces nuevas.
Así a raíz desnuda, inmediatamente pudo trasladarse al lugar asignado en la plaza donde fue plantada cuidadosamente, escogiendo mantener el fuste inclinado para dejar en cierta verticalidad, el extremo del fuste, o flecha de árbol, lo que debería asegurar un crecimiento vertical futuro. Caso contrario de haber dejado la parte inferior del fuste recto, la flecha habría quedado muy inclinada, y esto le quitaría elegancia futura a la planta. La inclinación inferior del fuste es un mal menor para plantas longevas, que buscan con su desarrollo inteligente el equilibrio morfológico. Luego con 4 lingas se estabilizó la posición elegida y se procedió a un primer riego, y está previsto para los días siguientes, continuar con los riegos y aumentar la carga de suelo sobre la base de la planta, para que se asiente debidamente, y quede correctamente anclada.
Las probabilidades de subsistencia dependen de diversos factores no manejables. Pero los trabajos se realizaron buscando mitigar ese problema principal del anormal desarrollo de la raíz principal, ante el cual no había otra solución. Dentro de los recursos disponibles, se hizo la operación con el mayor cuidado posible, y en el plazo anual favorable.
DIRECCION DE GESTION AMBIENTAL MUNICIPALIDAD DE GENERAL ALVEAR
Director: MARCELO LACELLI
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario