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Las agresiones más comunes durante la relación de noviazgo son las psicológicas, ya sean insultos, gritos, amenazas, chantajes, groserías y sometimientos. Sometimientos que se ven reflejados en la elección de las amistades, de la pareja, el control de su forma de vestir, el cuidado y prohibición de actividades, salidas y horarios, agresiones que pueden pasar inadvertidas por la victima.
Por su parte, los ataques físicos resultan ser el punto culminante y crítico de una relación de noviazgo que se ha vuelto caótica. Golpes, empujones, apretones representan agresiones fuertes que en innumerables ocasiones la victima acepta al creer que tiene la culpa y que se las merece.
Por más irreal e inverosímil que parezca, el hecho de que una persona agredida siga al lado de su agresor, es más común de lo que se cree, la victima crea un estado de dependencia tal –sea por la razón que sea- con su victimario que le es casi imposible darse cuenta del problema al que se enfrenta y por consiguiente es incapaz de pedir ayuda o denunciar a su victimario, naturalizando la dinámica violenta.
La víctima de violencia habitualmente carece de una autoestima fuerte, por el contrario, es débil y tiene poco cariño y respeto por sí misma, de ahí la importancia, de hacer entender a la victima que vale mucho y que no necesita de nadie para poder ser feliz.
Si identificas algún signo de violencia en la relación de pareja de tu hija/o, no creas que al pensar esto, estás exagerando los hechos. Es probable que la sensación o pensamiento de que existe un problema de violencia, aparezca cuando el problema ya lleva mucho tiempo sucediendo.
NO A LA VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO
COMISARIA DE LA MUJER Y LA FAMILIA GRAL ALVEAR
DIRECCION: ALTHABE Nº 1040
TELEFONO: 02344 480.028
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23/1/14
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