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Sin embargo, desde el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) rechazan esa nueva normativa y a través de un comunicado de prensa aseguraron que esto traería peores consecuencias.
"Cuando en una tormenta un rayo es captado por un pararrayos, la corriente ingresa a la tierra y se dispersa por ella, aumenta a cientos de voltios indefectiblemente Si el pararrayos estuviera ubicado en la playa, la tensión aparecería entre los pies de cualquier persona que se encontrara cerca, poniendo en riesgo su vida", explicó el físico Mario Pecorelli, del Laboratorio de Alta Tensión del INTI a Diario Popular.
Por tal motivo, el organismo público consideró que lo mejor “es instalarlos cada 200 metros, pero podría provocar impactos ambientales, por ende, lo más viable es alejarse cuando hay anuncios de tormentas y concientizar a las personas acerca de esta forma de protección ante este fenómeno natural que acaba con la vida de decenas de argentinos por año", aconsejó.
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31/1/14
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