DIARIO EL POPULAR DE LA CIUDAD
DE AZUL
“Familias del dolor”
se movilizó y pidió justicia por las
víctimas del sistema de salud
Matías Valdez y Julián Villarruel, cuando ayer hablaban a la gente en medio de la movilización que encabezaron. Los casos relacionados con las muertes de sus respectivos hijos atraviesan en tribunales por distintas instancias judiciales.
La marcha se realizó sobre la base de dos casos emblemáticos ocurridos en esta ciudad: la muerte de un joven en el Sanatorio Azul y la de una bebé, luego de un parto prematuro, en el Hospital de Niños. Los familiares de las víctimas se concentraron en Tribunales. Desde ahí, marcharon hacia la Plaza San Martín, donde ante un centenar de personas fueron oradores Julián Villarruel y Matías Valdez, papás de las personas fallecidas en ambos episodios.
La movilización se realizó ayer a la tarde. Tuvo su primer lugar de concentración en los Tribunales de Azul y, minutos más tarde, en la Plaza San Martín.
En la plaza mayor de la ciudad los que hablaron fueron Matías Valdez y Julián Villarruel.
Meses atrás, Valdez -un asesor en el Senado de la Provincia- perdió a una hija, después de un parto prematuro en el Hospital de Niños. Villarruel, perdió a su hijo de 17 años. Se llamaba Leonardo. Murió en el Sanatorio Azul, cuando lo estaban operando de una lesión ósea en una de sus piernas, después de que días antes había sufrido un accidente de tránsito en General Alvear, la ciudad donde residía.
A un año de ocurrido el deceso del adolescente alvearense, un grupo denominado “Familias del dolor”, que está encabezado por Valdez y Villarruel, fue el que ayer protagonizó esta movilización, la cual contó con el apoyo de un centenar de personas.
En su mayoría fueron familiares, amigos y conocidos del menor que muriera en el Sanatorio Azul los que participaron de la marcha, que contó con el apoyo de integrantes del Plenario de Comisiones Vecinales de esta ciudad.
Varios de los allegados a Villarruel habían llegado en un colectivo desde General Alvear. Y también fueron trasladados a Azul, para formar parte de esta movilización, en una combi de la comuna de aquella ciudad.
El Palacio de Justicia con sede en la Avenida Perón fue el primer lugar de concentración de los manifestantes.
En ese lugar, además de que estaban tanto Valdez como Villarruel, quienes los acompañaban distribuían esos afiches que ya desde varios días antes podían verse pegados en diferentes lugares, exigiendo “justicia y castigo por las víctimas del sistema de salud actual” y la “reforma del sistema público y privado de la salud”.
Las llegadas del micro y de la combi, vehículos provenientes de General Alvear con gran parte de la gente que formó parte de esta movilización, se convirtieron en el punto de partida para iniciar la marcha.
Al frente de la misma estaban los familiares de Leo Villarruel y de Maia Valdez. Portaban un cartel que textualmente decía: “Verdad, justicia y cambio”, que llevaba la firma de las denominadas “Familias del dolor”.
La movilización que arrancó a pie desde Tribunales siguió su marcha por calle Moreno hasta el centro.
Desde ahí los manifestantes tomaron por Yrigoyen hasta llegar a la Plaza San Martín, a la cual rodearon -pasando por Colón, San Martín y después Burgos- para después ingresar.
En la plaza mayor los aguardaba, a quienes fueron los únicos oradores de la manifestación, un pequeño escenario desde donde se dirigieron al público.
Al mismo tiempo, la plaza también tenía colgados en diferentes lugares varios carteles alusivos a esa movilización y las consignas ya mencionadas, exigiendo “castigo por las víctimas del sistema de salud actual” y la reforma del sistema de salud, tanto público como privado en el ámbito de la provincia de Buenos Aires.
Además, en medio de otras personas que se sumaron a la movilización y de quienes en ese entonces estaban en la plaza, se escuchó el Himno Nacional Argentino antes de que hicieran uso de la palabra Matías Valdez primero y Julián Villarruel después.
Dos discursos desdeun mismo dolor
Los discursos de ambos tuvieron enfoques bien distintos. El de Matías Valdez apuntó, más que nada, a pedir un cambio de la ley que en la Provincia regula el funcionamiento del sistema de salud, tanto en el ámbito público como el privado.
Las palabras de Julián Villarruel apuntaron a dar cuenta de lo que tuvo que ver con la muerte de su hijo en el Sanatorio Azul, hecho del que ayer se cumplió un año y por el que dos médicos han sido procesados.
“Vinimos a esta plaza a reclamar por justicia, por verdad y por un cambio. El cambio va a venir a raíz de la verdad y la justicia. Por eso le pedimos al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires que esta ley tiene que ser modificada inmediatamente”, comenzó diciendo Matías Valdez antes quienes primero habían formado de la marcha y después escuchaban lo que declaraba desde un pequeño escenario montado a tal efecto.
“Es una ley -continuó diciendo el asesor del bloque del Frente para la Victoria en el Senado bonaerense- que vino a traer impunidad. Y mientras esta ley exista nunca va a haber verdad y nunca va a haber cambio”.
“A un año del asesinato de Leo Villarruel, hoy nos encontramos acá en la plaza para rendirle un homenaje a Leo y a tantas víctimas que vienen padeciendo este sistema malversado de la salud”.
En ese contexto, Valdez nombró a su pequeño hijo Mateo, que ayer estaba junto con su esposa y con él, y a su hija Maia, que “hoy no está”.
“No queremos más Maias, no queremos más Mateos, no queremos más víctimas de este sistema de salud. Lo único que les pido a todos es que nos sigan acompañando. Que nos sigan porque esto es el comienzo”.
Después, dirigiéndose a Julián Villarruel, que lo acompañaba sobre el escenario en ese momento, anunció: “Si tenemos que hacer mil marchas más, las vamos a hacer. Que no les quepa ninguna duda”.
Al padre de Leonardo Villarruel le costó mucho hablar ayer, en un día tan especial para él teniendo en cuenta ese primer aniversario que se cumplía de la muerte de su hijo.
Pero igual pudo hacerlo. Y fue durísimo en sus declaraciones después de agradecer a quienes se sumaron a esta marcha, ante quienes pidió que “nos sigan”, porque -según prometió- “la vamos a seguir”.
Después, así como ya lo hiciera en ocasiones anteriores en las que protagonizara otras movilizaciones en Azul, el policía alvearense afirmó desde el escenario: “A mi me lo mataron a mi hijo. Hijos de puta que son… Las grandes corporaciones como el municipio”.
“Todos saben lo que pasa en ese sanatorio”, apuntó luego hacia la clínica privada que está en una de las esquinas de Mitre y Lavalle.
“No puede estar habilitado. Tiene que tener tres quirófanos, uno auxiliar. Tiene uno. Y siguen operando. Con uno solo y el otro no está habilitado”.
En lo que tiene que ver con ese presunto caso de mala praxis relacionado con el deceso de su hijo -por el que han sido procesados un traumatólogo y un anestesiólogo que al parecer no lo era, respectivamente llamados Sergio Migliorero y Ariel Roberto Mullen- dijo sobre lo que pasó aquella mañana del 19 de marzo del año pasado en el Sanatorio Azul.
“Tenían un anestesista que no era anestesista. No lo controlaron”. Además, reclamó porque ambos médicos involucrados en el caso “no están presos”. E hizo alusión a un accidente de tránsito ocurrido meses después y que lo tuvo también como protagonista a Mullen en la Ruta 3, un choque en el que habían fallecido cuatro jóvenes.
“Son unos delincuentes”, dijo también. “A Mullen le dieron dolo eventual y a Migliorero,homicidio culposo para que zafe. Son una manga de hijos de puta”, afirmó.
Según el padre del joven fallecido, son más los responsables de esa muerte. Y mencionó, entre otros, a un médico de apellido Baldini, al que “los fiscales dejaron afuera, que es de Científica junto con Stuchi”.
De acuerdo con su versión, hubo gente que él dijo conocer que se quedó callada y no contó todo acerca de lo que había sido aquella operación que finalizó con la muerte de su hijo.
Y denunció públicamente: “A mí me quisieron comprar. De acá enfrente me quisieron comprar”, dijo señalando el palacio municipal. “Del estudio de Tancredi, a mi abogado”.
“Nos han puesto palos en la rueda por todos lados. Son una manga de delincuentes”, sostuvo para después advertir: “No voy a parar. Lo que hicieron con mi hijo, se los juro por el amor de Dios, que la van a pagar. Si no la pagan con justicia, yo me voy a encargar. Porque quiero que descanse en paz. Quiero que descanse en paz… Son una manga de hijos de puta”, dijo llorando, ya sin poder hablar y mientras la gente aplaudía.
El final de lo que fue esta movilización realizada ayer a la tarde en Azul incluyó más palabras de Matías Valdez.
“Lo último que le podemos decir a toda la población de Azul es que no tenga miedo a un cambio. El cambio se necesita. El cambio es lo que estamos buscando estas familias. No nos motiva ni el odio ni el rencor. Nos motiva el amor a la vida. Por eso estamos acá. No estamos en contra de un médico ni de un sanatorio. Estamos en contra de este sistema mafioso”, sostuvo y después mencionó a varias prepagas a las que calificó como “los verdaderos delincuentes de esta salud”.
El dato
Varias caras conocidas se pudieron ver en la movilización de ayer, pertenecientes a diferentes ámbitos del universo local. Entre ellos, los concejales Rodolfo Rancez y Ulises Urquiza. También estaba Lucio Rancez, que es funcionario del actual gobierno municipal de Inza. Además, entre quienes asistieron a la movilización estuvieron Mónica Habitante, la madre de Héctor “Chilo” Talamonti, joven al que mataron en el Barrio San Francisco de Asís en julio de 2012, y Antonio Vicente Latrónica, el papá de Juan, el estudiante que fuera asesinado en mayo del año 2007.
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