ACTO EN RECORDACION DEL 199° ANIVERSARIO DE LA DECLARACION DE LA INDEPENDENCIA. |
“Celebramos hoy uno de los acontecimientos decisivos de la historia del país: el Día de la Independencia, declaración que fuera realizada el 9 de julio de 1816. Tras el fracasado el intento de la Asamblea del año XIII de organizar constitucionalmente a nuestra Patria, Las Provincias son convocadas a un congreso General para organizar el Estado. Su sede seria la Ciudad de Tucumán por estar ubicada en el centro geográfico y estratégico. Así se inició un camino sin pausas hasta la concreción de convocatoria. Un 9 de julio de 1816, representantes de las provincias Unidas se constituyeron en una Nación libre e independiente de los reyes de España”. Con estas palabras el locutor oficial dio inicio al acto que en la mañana del jueves 9 de Julio se realizó en conmemoración del 199° aniversario de la Declaración de la Independencia. La ceremonia, que tuvo lugar en el veredón del palacio municipal, contó con la presencia del Intendente Municipal Dr. Luis Alejandro Cellillo. Junto al jefe comunal asistieron las siguientes autoridades: el Presidente del Honorable Concejo Deliberante Ing. Amílcar Márquez, el Juez de Paz Dr. Luis Oscar Villarreal, el Dr. Fabián Beguiristain secretario de la Sra. Jueza del Juzgado de Ejecución Penal Dra. Adriana Bianco, la Jueza de Faltas Dra. Paola Sivero, el Cura Párroco Padre Martin Bourdette, el Pastor de la Iglesia Evangélica Bautista Héctor Silva, concejales de los distintos bloques, el Secretario de Gobierno Dr. Diego Garaventa, consejeros escolares, el Jefe Estación de Policía Comunal Comisario Inspector Néstor Oriozabala, la Jefa de la Comisaria de la Mujer Subcomisario Patricia Almendros, autoridades de la rama de la educación, el Presidente de la Sociedad de Bomberos Voluntarios Roberto Bautista, el Jefe de Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios Emiliano Anido, el Jefe de la Unidad N° 14 del SPB Ricardo Luján, el Jefe de la Unidad N° 30 del SPB Manuel Guevara, funcionarios del Ejecutivo municipal, representantes de establecimientos educativos y entidades intermedias. A continuación hicieron su ingreso las banderas de ceremonias de los establecimientos educativos, fuerzas civiles y de seguridad: EP N° 1, EP N° 14, EP N° 24, EP N° 27, Colegio e Instituto Carmen A. Micheo, Centro Educativo Complementario N° 801, Escuela de Educación Especial N° 501, Escuela de Educación Secundaria N° 1, Escuela de Educación Secundaria N° 4, Escuela de Educación Agraria N° 1, Centro de Educación Física N° 36, Instituto Superior de Formación Docente N° 76, Centro de Formación Profesional N° 401, Centro de Educación de Adultos N° 701, Centro de Educación Física N° 36, Estación de Policía Comunal, Comisaria de la Mujer, Bomberos Voluntarios, Unidad Penitenciaria N° 14 y Unidad Penitenciaria N° 30. A continuación se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino. Las palabras alusivas a la fecha fueron pronunciadas por el Secretario de Gobierno Dr. Diego Garaventa. En la parte final del acto se procedió al retiro de las banderas de ceremonias dando paso a la actuación de alumnas de 5to. Sociales y Naturales de la Escuela Secundaria N° 1 quienes realizaron una presentación de expresión corporal acompañadas por la docente Lorena López.
Palabras del Secretario de Gobierno Dr. Diego Garaventa
Las palabras alusivas a la fecha fueron pronunciadas por el Secretario de Gobierno Dr. Diego Garaventa quien leyó “Que significa ser libres” de Felix Luna y una carta enviada por José de San Martín al diputado por Cuyo, Godoy Cruz.
“Que yo sepa, la palabra independencia tardó tres o cuatro años en incorporarse al vocabulario revolucionario en las Provincias Unidas del Río de la Plata. Más bien se hablaba de libertad y el concepto de emancipación se reservaba para una etapa posterior, cuando las armas patriotas alejaran el peligro de una derrota. Cuando Alvear tomó Montevideo, esa pistola que desde 1810 apuntaba al pecho de la revolución , recién entonces empezó a hablarse abiertamente de independencia, aunque ya para entonces estas tierras tenían bandera, himno, moneda y gobierno propio. Pero los dirigentes porteños eran cuatos y avanzaron solo paso a paso. Cuando en 1816 el Congreso de Tucumán proclamó solemnemente la independencia, esta ya era una circunstancia irreversible que los congresales se limitaron a homologar. Múltiples sentidos Independencia era, pues, una patria libre de toda dominación extranjera. Pero la palabra fue cambiando de connotación con el transcurso del tiempo. Para Echeverría ser independiente incluía una cultura propia. Para Rosas, la independencia era el ejercicio irrestricto de lo que hoy llamaríamos soberanía. Los organizadores del país y los hombres del 80 fueron celosos de la independencia política pero entendieron que una nación periférica como la Argentina tandría que hacer concesiones a los intereses extraneros si quería alcanzar objetivos de progreso que la robustecieran. Yrigoyen produjo algunos gestos y palabras en el campo de la políticca internacional que expresaban una mayor autonomía de decisiones: tal, la neutralidad o la no incorporación a la Sociedad de las Naciones. En las décadas de 1930 y 1940, sectores nacionalistas batieron el parche sobre la independencia económica y Perón declaró que esta era una realidad, en Tucumán, en 1946. Los ejemplos podrían seguir, pero quiero decir que aquella vieja palabra que en el nacimiento de la Patria movilizó tantos sueños y tantos esfuerzos, fue ampliando su significación. No importa que las inclusiones hayan sido algunas veces pretextos para recursos políticos o que tuvieran un alcance puramente retórico; lo cierto es que los argentinos sentimos hoy que aquello que se proclamó hace casi 200 años es una concepción bastante más compleja que la de entonces. En un mundo tan embarullado como el de hoy, ningún país puede pretender una independencia absoluta: el solo hecho de adherir a Naciones Unidas y a muchos de sus organismos derivados restringe en alguna medida la independencia. Pero esta no puede limitarse tampoco a los ritos formales de nuestros símbolos patrios. Creo que los argentinos hoy centran la idea de la emancipación en la capacidad del país de decidir según sus propios intereses dentro de una razonable convivencia internacional y de una prudente relación con las naciones más poderosas. Esto parece obvio, pero debe completarse con la posibilidad de que nuestros compatriotas tengan un acceso posible a los bienes físicos y espirituales que hacen a la vida algo digno de vivirse. Dicho de otro modo, que sientan que nuestra condición de país independiente es un valor defendible, que vale la pena serlo. Intereses comunes Está muy claro que el mundo marcha hacia una progresiva interdependencia y que la concepción de países autárquicos ha quedado atrás. Acaso la independencia radique para nosotros, argentinos y latinoamericanos, en dar a nuestros pueblos más educación y un instrumental de cultura que les permita distinguir sus propios intereses colectivos, y a la vez manejar una tecnología cada vez más imprescindible. De algún modo esta propuesta valoriza la idea de Echeverría. No la contradice sino que completa la significación de aquello que se proclamó en una casa tucumana cuando nuestro país era apenas un boceto, una vocación frágil y vulnerable”.
Carta de José de San Martín al diputado por Cuyo Godoy Cruz.
"Hasta cuándo esperamos declarar nuestra independencia. ¿No le parece a usted una cosa bien ridícula, acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependemos? ¿Qué nos falta más que decirlo? Por otra parte, ¿qué relaciones podremos emprender, cuando estamos a pupilo? (...) Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas." Cuyo, Marzo de 1816.
General José Francisco de San Martín.
Palabras del Secretario de Gobierno Dr. Diego Garaventa
Las palabras alusivas a la fecha fueron pronunciadas por el Secretario de Gobierno Dr. Diego Garaventa quien leyó “Que significa ser libres” de Felix Luna y una carta enviada por José de San Martín al diputado por Cuyo, Godoy Cruz.
“Que yo sepa, la palabra independencia tardó tres o cuatro años en incorporarse al vocabulario revolucionario en las Provincias Unidas del Río de la Plata. Más bien se hablaba de libertad y el concepto de emancipación se reservaba para una etapa posterior, cuando las armas patriotas alejaran el peligro de una derrota. Cuando Alvear tomó Montevideo, esa pistola que desde 1810 apuntaba al pecho de la revolución , recién entonces empezó a hablarse abiertamente de independencia, aunque ya para entonces estas tierras tenían bandera, himno, moneda y gobierno propio. Pero los dirigentes porteños eran cuatos y avanzaron solo paso a paso. Cuando en 1816 el Congreso de Tucumán proclamó solemnemente la independencia, esta ya era una circunstancia irreversible que los congresales se limitaron a homologar. Múltiples sentidos Independencia era, pues, una patria libre de toda dominación extranjera. Pero la palabra fue cambiando de connotación con el transcurso del tiempo. Para Echeverría ser independiente incluía una cultura propia. Para Rosas, la independencia era el ejercicio irrestricto de lo que hoy llamaríamos soberanía. Los organizadores del país y los hombres del 80 fueron celosos de la independencia política pero entendieron que una nación periférica como la Argentina tandría que hacer concesiones a los intereses extraneros si quería alcanzar objetivos de progreso que la robustecieran. Yrigoyen produjo algunos gestos y palabras en el campo de la políticca internacional que expresaban una mayor autonomía de decisiones: tal, la neutralidad o la no incorporación a la Sociedad de las Naciones. En las décadas de 1930 y 1940, sectores nacionalistas batieron el parche sobre la independencia económica y Perón declaró que esta era una realidad, en Tucumán, en 1946. Los ejemplos podrían seguir, pero quiero decir que aquella vieja palabra que en el nacimiento de la Patria movilizó tantos sueños y tantos esfuerzos, fue ampliando su significación. No importa que las inclusiones hayan sido algunas veces pretextos para recursos políticos o que tuvieran un alcance puramente retórico; lo cierto es que los argentinos sentimos hoy que aquello que se proclamó hace casi 200 años es una concepción bastante más compleja que la de entonces. En un mundo tan embarullado como el de hoy, ningún país puede pretender una independencia absoluta: el solo hecho de adherir a Naciones Unidas y a muchos de sus organismos derivados restringe en alguna medida la independencia. Pero esta no puede limitarse tampoco a los ritos formales de nuestros símbolos patrios. Creo que los argentinos hoy centran la idea de la emancipación en la capacidad del país de decidir según sus propios intereses dentro de una razonable convivencia internacional y de una prudente relación con las naciones más poderosas. Esto parece obvio, pero debe completarse con la posibilidad de que nuestros compatriotas tengan un acceso posible a los bienes físicos y espirituales que hacen a la vida algo digno de vivirse. Dicho de otro modo, que sientan que nuestra condición de país independiente es un valor defendible, que vale la pena serlo. Intereses comunes Está muy claro que el mundo marcha hacia una progresiva interdependencia y que la concepción de países autárquicos ha quedado atrás. Acaso la independencia radique para nosotros, argentinos y latinoamericanos, en dar a nuestros pueblos más educación y un instrumental de cultura que les permita distinguir sus propios intereses colectivos, y a la vez manejar una tecnología cada vez más imprescindible. De algún modo esta propuesta valoriza la idea de Echeverría. No la contradice sino que completa la significación de aquello que se proclamó en una casa tucumana cuando nuestro país era apenas un boceto, una vocación frágil y vulnerable”.
Carta de José de San Martín al diputado por Cuyo Godoy Cruz.
"Hasta cuándo esperamos declarar nuestra independencia. ¿No le parece a usted una cosa bien ridícula, acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependemos? ¿Qué nos falta más que decirlo? Por otra parte, ¿qué relaciones podremos emprender, cuando estamos a pupilo? (...) Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas." Cuyo, Marzo de 1816.
General José Francisco de San Martín.
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