ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE JOSE DE SAN MARTIN - LA CAMPORA. |
San Martín, un luchador en nuestra Historia: El estudio del mito sanmartiniano revela que, el endiosamiento del prócer y sobre todo la militarización de su figura, es un fenómeno del siglo XX.
Los contemporáneos del prócer, en realidad, ejercieron la crítica directa y abierta sobre su persona y sobre todo sus actos. Los miembros de la segunda generación de la independencia ya reconocían en el al liberador, pero sólo a fines del siglo XIX, el gobierno nacional conmemoró el centenario de su nacimiento.
San Martín llegó a Buenos Aires en 1812, con el objetivo de independizar al territorio americano de la denominación española.
En 1814 fue gobernador de Cuyo.
En 1818, vencedor en Chile, rechazó el ofrecimiento del Cabildo de ser gobernador.
En 1821, después de liberarlo, asumió la Jefatura del estado del Perú como Protector de la libertad, hasta que Bolívar aseguró su ayuda al Perú, y San Martín renunció a todos sus cargos.
Fue un Hombre generoso. Un Hombre que lucho por el bien común.
No fue reconocido por sus contemporáneos y el siglo XX lo sacralizó con ropaje militar despojando para siempre al hombre conocido.
El siglo XXI celebra la vida de lucha de Don José de San Martín. En palabras de Bertold Brech:
“ Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida
Esos, son los imprescindibles.”
Todos los años, cada 17 de Agosto hemos escuchado y escucharemos, palabras que refieren al padre de la patria, Don José de San Martín. Pero hablar de Él como padre de la patria, significa que esta nació un día, como se festeja cada 25 de mayo.
Sin embargo, una patria se desarrolla a través de ideas, voluntades, aciertos y errores. San Martín, como tantas mujeres y hombres americanos, se comprometió a formar una patria americana a lo largo de la historia. Trabajando, luchando día a día por las tierras en las que nacieron; por su libertad. Formando así, entre discusiones, alianzas y traiciones, los países que hoy componen Latinoamérica, compartiendo esfuerzos o derramando sangre.
Pensar que una patria se forma con esfuerzo, nos permite acercarnos mas a San Martin y pensar que Él y todos los hombres y mujeres de Latinoamérica pueden simplemente ser un hombre patriota que trabaje por el bien de todos, y esto nos exige homenajearlo a San Martín cada día, con el ejercicio de nuestros derechos y también cumpliendo con nuestras obligaciones.
EL LEGADO SANMARTINIANO…
En el siglo XIX ni el prócer ni la figura militar existían y la gente de esa época se dedicó a criticar a San Martín como persona y más que nada por sus actos. Chile ya lo reconocía como su libertador, mientras que la Argentina tardó 100 años en reconocerlo.
Su principal objetivo fue independizar al territorio americano de los españoles. Sus acciones fueron coherentes con lo que decía hasta el punto de rechazar bienes que le otorgaba el Cabildo y renunciar a parte de su sueldo para ayudar a la causa de la independencia. Más tarde, lograda la independencia de Argentina, Chile y Perú, renunciaría a todos sus cargos…
José de San Martín fue un hombre generoso y luchador. En el siglo XX fue representado fundido en bronce con su ropa de militar, fue allí que empezó a ser reconocido como un gran compatriota.
Hoy nos encontramos en época de elecciones, votando y proyectando el futuro, la gran mayoría dando sus opiniones políticas y lo que creemos que cada político debería hacer. Sin embargo las circunstancias que vivimos son producto de nuestras decisiones, y debemos tomar conciencia de que la indiferencia no admite reclamos.
“SEAMOS LIBRES, LO DEMAS NO IMPORTA” dijo el general San Martín, que formó parte de una sociedad comprometida con el futuro del país. Los argentinos seguimos valorando la libertad que nos otorgó este prócer junto al hombre, y los jóvenes miramos al futuro como los hombres y mujeres que seremos, comprometidos con nuestro tiempo.
Analizando la figura del General José de San Martín como mito de nuestra historia, aquel que vemos dispuesto a cruzar los Andes montado en su caballo blanco, descubrimos que, a pesar de ser reconocido a ambos lados de la Cordillera como “el hombre que nos dio patria” según palabras del general chileno Francisco Pintos, su endiosamiento, se produce ya entrado el siglo XX, y entre sus contemporáneos fue duramente criticado.
Su principal objetivo fue independizar el territorio americano de la dominación española, para eso vino a Buenos Aires, en 1812, y logrado su objetivo vuelve a Europa donde muere en 1850, a los 72 años.
El 28 de mayo de 1880, por iniciativa del presidente Avellaneda, son repatriados sus restos, y en los años siguientes, entre 1887 y 1888, Mitre describe en su obra a San Martín, como un general más metódico que inspirado, una inteligencia común de concepciones concretas, y si Ricardo Rojas lo plantea como un hombre moral por encima del militar, después del golpe de Estado de 1943, se consagra la imagen del militar: el prócer fundido en bronce nació entonces…
Pero nosotros hoy queremos recordarlo de otra manera: fue un hombre generoso, un hombre que luchó por el bien común.
Seamos libres, dijo el general San Martín, lo demás, no importa nada…
Y formó parte de una sociedad que forjó la base de este país.
La Campora General Alvear
Los contemporáneos del prócer, en realidad, ejercieron la crítica directa y abierta sobre su persona y sobre todo sus actos. Los miembros de la segunda generación de la independencia ya reconocían en el al liberador, pero sólo a fines del siglo XIX, el gobierno nacional conmemoró el centenario de su nacimiento.
San Martín llegó a Buenos Aires en 1812, con el objetivo de independizar al territorio americano de la denominación española.
En 1814 fue gobernador de Cuyo.
En 1818, vencedor en Chile, rechazó el ofrecimiento del Cabildo de ser gobernador.
En 1821, después de liberarlo, asumió la Jefatura del estado del Perú como Protector de la libertad, hasta que Bolívar aseguró su ayuda al Perú, y San Martín renunció a todos sus cargos.
Fue un Hombre generoso. Un Hombre que lucho por el bien común.
No fue reconocido por sus contemporáneos y el siglo XX lo sacralizó con ropaje militar despojando para siempre al hombre conocido.
El siglo XXI celebra la vida de lucha de Don José de San Martín. En palabras de Bertold Brech:
“ Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida
Esos, son los imprescindibles.”
Todos los años, cada 17 de Agosto hemos escuchado y escucharemos, palabras que refieren al padre de la patria, Don José de San Martín. Pero hablar de Él como padre de la patria, significa que esta nació un día, como se festeja cada 25 de mayo.
Sin embargo, una patria se desarrolla a través de ideas, voluntades, aciertos y errores. San Martín, como tantas mujeres y hombres americanos, se comprometió a formar una patria americana a lo largo de la historia. Trabajando, luchando día a día por las tierras en las que nacieron; por su libertad. Formando así, entre discusiones, alianzas y traiciones, los países que hoy componen Latinoamérica, compartiendo esfuerzos o derramando sangre.
Pensar que una patria se forma con esfuerzo, nos permite acercarnos mas a San Martin y pensar que Él y todos los hombres y mujeres de Latinoamérica pueden simplemente ser un hombre patriota que trabaje por el bien de todos, y esto nos exige homenajearlo a San Martín cada día, con el ejercicio de nuestros derechos y también cumpliendo con nuestras obligaciones.
EL LEGADO SANMARTINIANO…
En el siglo XIX ni el prócer ni la figura militar existían y la gente de esa época se dedicó a criticar a San Martín como persona y más que nada por sus actos. Chile ya lo reconocía como su libertador, mientras que la Argentina tardó 100 años en reconocerlo.
Su principal objetivo fue independizar al territorio americano de los españoles. Sus acciones fueron coherentes con lo que decía hasta el punto de rechazar bienes que le otorgaba el Cabildo y renunciar a parte de su sueldo para ayudar a la causa de la independencia. Más tarde, lograda la independencia de Argentina, Chile y Perú, renunciaría a todos sus cargos…
José de San Martín fue un hombre generoso y luchador. En el siglo XX fue representado fundido en bronce con su ropa de militar, fue allí que empezó a ser reconocido como un gran compatriota.
Hoy nos encontramos en época de elecciones, votando y proyectando el futuro, la gran mayoría dando sus opiniones políticas y lo que creemos que cada político debería hacer. Sin embargo las circunstancias que vivimos son producto de nuestras decisiones, y debemos tomar conciencia de que la indiferencia no admite reclamos.
“SEAMOS LIBRES, LO DEMAS NO IMPORTA” dijo el general San Martín, que formó parte de una sociedad comprometida con el futuro del país. Los argentinos seguimos valorando la libertad que nos otorgó este prócer junto al hombre, y los jóvenes miramos al futuro como los hombres y mujeres que seremos, comprometidos con nuestro tiempo.
Analizando la figura del General José de San Martín como mito de nuestra historia, aquel que vemos dispuesto a cruzar los Andes montado en su caballo blanco, descubrimos que, a pesar de ser reconocido a ambos lados de la Cordillera como “el hombre que nos dio patria” según palabras del general chileno Francisco Pintos, su endiosamiento, se produce ya entrado el siglo XX, y entre sus contemporáneos fue duramente criticado.
Su principal objetivo fue independizar el territorio americano de la dominación española, para eso vino a Buenos Aires, en 1812, y logrado su objetivo vuelve a Europa donde muere en 1850, a los 72 años.
El 28 de mayo de 1880, por iniciativa del presidente Avellaneda, son repatriados sus restos, y en los años siguientes, entre 1887 y 1888, Mitre describe en su obra a San Martín, como un general más metódico que inspirado, una inteligencia común de concepciones concretas, y si Ricardo Rojas lo plantea como un hombre moral por encima del militar, después del golpe de Estado de 1943, se consagra la imagen del militar: el prócer fundido en bronce nació entonces…
Pero nosotros hoy queremos recordarlo de otra manera: fue un hombre generoso, un hombre que luchó por el bien común.
Seamos libres, dijo el general San Martín, lo demás, no importa nada…
Y formó parte de una sociedad que forjó la base de este país.
La Campora General Alvear
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