El intendente de Roque Pérez habla de un pueblo devastado. |
“Cómo voy a hablar de las elecciones si tengo agua por todos lados” dice Juan Carlos Gasparini apenas el periodista lo aborda para conversar de política. Dice que llegó al Coliseo Podestá sólo para acompañar a su amigo, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández, quien se postula para ser gobernador por el Frente para la Victoria (FpV). “El pueblo quedó devastado”, agrega y habla de la producción avícola, un pilar de la economía del distrito, que quedó al borde del nock out. Recuperar los caminos es la primera tarea.
La inundación en Roque Pérez, como en muchos otros lugares, comenzó poco después del domingo 9 de agosto, cuando se realizaron las PASO. Aquel día el Chinchu, como lo conocen, sacó el 52 por ciento, pero el hombre no teme perder el caudal. Cree que el estar presente en la catástrofe y dar la cara en la crisis harán que salga fortalecido.
“Estamos pasando esta catástrofe que nos ocurrió, y como siempre estamos haciéndonos cargo de las cosas y estamos trabajando y creo que la sociedad está tranquila porque el agua empezó a bajar un poco. Ahora tenemos que prepararnos para lo que viene. Los intendentes tenemos que dar la cara, hay que estar con la gente y la gente lo agradece”, es su análisis.
Gasparini está contento porque hubo solidaridad. El pueblo recibió ayuda, pero las preocupaciones son muchas. Hubo varias noches difíciles, pero lo peor fue cuando el agua estuvo a punto de superar las barreras de contención. “Si eso pasaba no entraba dos metros de altura de agua”, dice el intendente intentado graficar la cuestión. Recuerda que durante esos días tuvo que sacar tierra de cualquier lado para reforzar la barrera.
En el campo todos los parajes rurales quedaron aislados, al igual que la localidad de Carlos Veguerie, hacia donde los equipos de ayuda llegaron por agua con ayuda. “Llegamos como pudimos con los Bomberos. Con lo básico llegamos a todas las familias”, dice Gasparini.
Pero la producción de pollos es una de las máximas preocupaciones, porque hay mil personas en Roque Pérez que viven de lo que produce la avíciola. “Necesitan que los pollos coman y con los caminos destrozados como nos quedaron se hace difícil. Me ha quedado un pueblo devastado, así que a partir de ahora hay que recuperar otra vez los caminos y seguir trabajando todo el día”, traza el cuadro el mandatario.
De todos modos dice no temerle al impacto electoral que podría tener la inundación. Cree que no le va a afectar en las elecciones generales. “Cuando vos trabajás y das la cara y estas el frente de todo, la gente lo entiende y sabe bien que esto fue una catástrofes. Fue algo natural, la naturaleza no se puede manejar”, dice.
La inundación en Roque Pérez, como en muchos otros lugares, comenzó poco después del domingo 9 de agosto, cuando se realizaron las PASO. Aquel día el Chinchu, como lo conocen, sacó el 52 por ciento, pero el hombre no teme perder el caudal. Cree que el estar presente en la catástrofe y dar la cara en la crisis harán que salga fortalecido.
“Estamos pasando esta catástrofe que nos ocurrió, y como siempre estamos haciéndonos cargo de las cosas y estamos trabajando y creo que la sociedad está tranquila porque el agua empezó a bajar un poco. Ahora tenemos que prepararnos para lo que viene. Los intendentes tenemos que dar la cara, hay que estar con la gente y la gente lo agradece”, es su análisis.
Gasparini está contento porque hubo solidaridad. El pueblo recibió ayuda, pero las preocupaciones son muchas. Hubo varias noches difíciles, pero lo peor fue cuando el agua estuvo a punto de superar las barreras de contención. “Si eso pasaba no entraba dos metros de altura de agua”, dice el intendente intentado graficar la cuestión. Recuerda que durante esos días tuvo que sacar tierra de cualquier lado para reforzar la barrera.
En el campo todos los parajes rurales quedaron aislados, al igual que la localidad de Carlos Veguerie, hacia donde los equipos de ayuda llegaron por agua con ayuda. “Llegamos como pudimos con los Bomberos. Con lo básico llegamos a todas las familias”, dice Gasparini.
Pero la producción de pollos es una de las máximas preocupaciones, porque hay mil personas en Roque Pérez que viven de lo que produce la avíciola. “Necesitan que los pollos coman y con los caminos destrozados como nos quedaron se hace difícil. Me ha quedado un pueblo devastado, así que a partir de ahora hay que recuperar otra vez los caminos y seguir trabajando todo el día”, traza el cuadro el mandatario.
De todos modos dice no temerle al impacto electoral que podría tener la inundación. Cree que no le va a afectar en las elecciones generales. “Cuando vos trabajás y das la cara y estas el frente de todo, la gente lo entiende y sabe bien que esto fue una catástrofes. Fue algo natural, la naturaleza no se puede manejar”, dice.
Y se anima a pensar que saldrá fortalecido. “Hemos estado a la altura de la circunstancia, y he tenido un equipo, con bomberos, policías y municipales que trabajaron codo a codo cada uno en su rol, veníamos reuniéndonos siempre y así que no tuvimos problemas”.
Gentileza: Diario Diagonales
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