Juegos de campo, días de colonos.
Por Lis Solé.Añadir leyenda |
Juegos de antes, “juegos baratos” dice papá… Juegos que se hacían con lo que había donde no hacía falta comprar para divertirse. Juegos sin gastos, sin tecnología ni electricidad, juegos a campo, juegos de jugar… Las escondidas, la doma del potro, el palo enjabonado, la carreras de tanques, embolsados o de mellizos… Juegos que se recuerdan con sonrisas de sentimientos buenos y sanos.
Sin psicoanálisis ni riesgos de convertirse en asesinos ni ladrones, antes también jugábamos a la guerra, o al policía y al ladrón que no era más que el poliladron… Juntando leña por el monte se miraba bien cada palo que pudiera transformarse en un revólver, una escopeta o una espada… Se guardaban, recortaban y servían para el mejor de los duelos y tiroteos entre un griterío infernal.
En las reuniones de las escuelas de campo no faltaban las carreras de todo: infaltables eran las de embolsados. En esas épocas de colonias, años 40 a 60 y más, había bolsas de arpillera en todas las chacras. Los chicos, pero también los grandes, se prendían a todo; el orgullo transformaba en canguro a cualquiera y las rodadas eran de película. Para ir más rápido, más de uno no agarraba bien la bolsa que se iba resbalando poco a poco entre el aliento generalizado, perdiendo bolsa y carrera. Otros, al quedar la bolsa floja quedaban como maneados, se tumbaban y caían entre grandes revolcones de polvaredas. Otras carreras, eran las de gomas: dos personas adentro de una goma corriendo de costado para llegar a la meta. Había que buscar las gomas más finas y menos pesadas porque algunas eran demasiado chicas. Si había muchas, se llevaban todas alrededor del cuerpo. ¡Y qué lindo era cuando se conseguía una de tractor y había que cinchar para transportarla!
Una carrera genial era la de tambores. En las chacras había unos tambores galvanizados bombé, muy fuertes, importados por la Shell o YPF que se podían empujar y no se reventaban cuando estaban llenos. Estando vacíos rodaban con facilidad pero su forma los hacía ir como borracho, tambaleándose y casi ingobernables hasta que uno les tomaba la mano. Sin el combustible y con cancha se podían llevar empujándolos a bastante velocidad haciendo las carreras apasionantes.
El palo enjabonado llevaba más tiempo de preparación: era un palo de unos cuatro metros que se plantaba verticalmente y se embadurnaba bien de jabón blanco. Antes de comenzar la competencia se mojaba para que quedara resbaladizo y entonces, jóvenes y chicos trepaban con manos y piernas para llegar hasta arriba y ganar la banderita. Nadie quería ser el primero porque el palo tenía más jabón que se iba gastando con los participantes entre la carcajada general.
Las carreras del huevo con cuchara eran un estropicio para los más apurados. Parados en la salida con la cuchara con un huevo agarrada entre los dientes, muchos perdían el huevo “de arrancada”. Sin asco, volvían por otro y vuelta a perderlo y pisotearlo; hay algunos que parecen poco hábiles para todo, y esos eran precisamente el objeto de miradas y causa de risa segura.
Tiempos de colonias, días de campo, de risas, de espontaneidad y simpleza, donde lo esencial era divertirse sin hacer mal al otro. Tiempo de juegos baratos y sonrisas en la cara y en el corazón.
Fotos:
- Año 1962. Encuentros comunitarios en la Escuela N°15. Ricardo y Lidia Ceci, Adela y Norma Córdoba; Rubén Laplace; Jorge y María Inés Franceschini; Miguel Langoni; Cristina, Virginia, Edgardo, Juana “Pelusa” y Anselmo Merino; Rubén y María Luisa Crottolari; Horacio Pérez; Elena, Horacio, Néstor y Beatriz Mengarelli; Rita y Edgar Re; Oscar Tejedor; Elsa Houtre; Susana Nicora y Juan Carlos Gómez entre otros.
- Año 1964.Encuentro de Escuelas Rurales: Escuelas 8, 15, 17, 21 y 23 en el Casco de la ex estancia San Salvador del Valle, administración de la Colonia San Salvador del Valle. 21 de septiembre de 196
Adhesión: 15 de Julio: Día del Colono en General Alvear.
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