Por primera vez habrá clases después de una elección
Capital, Provincia y Mendoza garantizaron que las escuelas estarán limpias el lunes posterior a las PASO.
Hasta ahora era una tradición argentina tan fuerte como el mate o el dulce de leche. Por limpieza y “desinfección”, el lunes posterior a una elección las puertas de las escuelas permanecían cerradas. Pero este año no será así: por primera vez, los chicos podrán ir a estudiar tras las PASO del 13 de agosto y la elección del 22 de octubre. Al menos aquellos que viven en tres de los distritos más grandes del país: Capital, Buenos Aires y Mendoza, según pudo confirmar Clarín. La decisión se produce tras una campaña que, con el hashtag #VotoConClases, empezaba a crecer en las redes sociales y en un año que -por los paros docente- se perdieron unos cuantos días de clases.
Con diversos mecanismos, los ministerios de educación de los tres distritos implementarán operativos para que las escuelas estén limpias antes de que lleguen los chicos el lunes. En 2015, Río Negro y Córdoba habían dispuesto medidas similares. “No queremos que se pierda un día más de clases. La escuela tiene que poner el foco en los estudiantes y no en los adultos. En los colegios donde se vote –sean públicos o privados- los auxiliares de portería irán entre las 5.30 y las 6 para la limpieza. Se los retribuirá con francos compensatorios. Esto ya lo hicimos tras las vacaciones de invierno, en las escuelas donde funcionan colonias y dio buenos resultados”, explicó a Clarín la ministra de educación porteña Soledad Acuña.
Fuentes del ministerio de educación bonaerense explicaron a Clarín que en Provincia “va a haber clases normalmente”. “Estamos trabajando con los consejos escolares para organizar la limpieza cuando termina el escrutinio. Puede haber alguna en la que no se llegue a tiempo, pero la decisión es que haya clases normal”, afirmaron. Por el conflicto docente, el 30% de las escuelas bonaerenses tuvo hasta 17 días de paro este año. El Gobierno había dispuesto que se recuperen en el receso invernal pero un fallo judicial frenó la medida.
En Mendoza, en tanto, la Dirección de Escuelas emitió ayer un comunicado que explica cómo será el operativo: los celadores (personal de limpieza) deberán presentarse el domingo a la noche. Recibirán $700 cada uno. “Se calcula que serán asignados cerca de 1.000 personas a esta tarea. Por lo cual, la provincia invertirá una cifra que ronda los $700.000 para que haya clases el lunes después de las elecciones”, dice. “Haremos el operativo para garantizar dos días más de clases en el año. Los docentes tienen la obligación como cualquiera de nosotros de ir a su trabajo”, explicó el ministro de Gobierno Dalmiro Garay.
La reacción de los sindicatos docentes fue dispar. María Laura Torres, secretaria gremial de Suteba (gremio mayoritario en Provincia) le dijo a Clarín que “si el gobierno garantiza la limpieza y las buenas condiciones de trabajo” la medida le parece “correcta”. En Mendoza el titular del gremio SUTE, Sebastián Henríquez, puso algunos reparos. Mientras que Eduardo López, de UTE en Capital, le dijo a Clarín que aún no le llegó nada y que lo analizarán con los docentes.
En los últimos días había crecido en las redes sociales una campaña a favor de las clases tras las elecciones, bajo el hahstag #VotoConClases. Clarín habló con uno de sus impulsores, el periodista y directivo de escuela mendocino José Thomas, que hizo esta cuenta: “En Mendoza por un día sin clase se pierden 40 millones de pesos, limpiar las escuelas sale 700 mil. Ni siquiera hay una justificación económica para esa medida. Además, ¿qué pasaría si se votara en los shopping los domingos? ¿Suspenderían las ventas los lunes?”.
Los mensajes en las redes sociales fueron elocuentes: “#VotoConClases Propongo que limpien y ordenen los fiscales de los partidos, que dejan bastante desorden y se ‘creen los dueños‘ de los colegios”, escribió un twittero.
Mariano Narodowski, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, viene promoviendo desde hace años que haya clases tras las elecciones. “Un día más o menos de clases no va a resentir la calidad educativa, pero es un gesto de continuidad y una señal clara de que a la sociedad le importa la educación. Esto debería tomarse como un costo más del dispositivo electoral: así como cobran los que fabrican urnas o los presidentes de mesa, también debería contemplarse la limpieza de las escuelas, para que no se pierda un día de clase”.
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