El Abogado defensor de Cesar Cuadrado y Aldo Gallo asegura que “Los van a reincorporar”
Los efectivos del SPB absueltos el pasado martes, llegaron en libertad a este proceso. Más allá del delito de “torturas” que se les imputó, nunca estuvieron detenidos.
César Alberto Cuadrado y Aldo Gastón Gallo, los efectivos del SPB absueltos el pasado martes, llegaron en libertad a este proceso. Más allá del delito de “torturas” que se les imputó, nunca estuvieron detenidos.
“Yo les había pedido la eximición de prisión. Pero a pesar de que no me la concedieron nunca, fui recurriéndola siempre y eso derivó en que no quedara firme y que, por lo tanto, ambos no fueran detenidos”, contó ayer en diálogo con EL TIEMPO Roberto Dávila, el abogado que patrocinó en este juicio con jurados a ambos acusados.
El Defensor Particular contó que hasta el momento Cuadrado y Gallo están “en disponibilidad preventiva”, aunque el juicio donde fueron absueltos derivará en que vuelvan a recuperar sus trabajos, ya que el fallo está firme y lo sucedido es cosa juzgada. “Entiendo que ahora los van a reincorporar”, sostuvo al respecto el integrante del estudio jurídico “Tancredi & Asociados”.
Al referirse al hecho materia de este proceso, señaló que “el jurado entendió que mis clientes actuaron en legítima defensa, de ellos y del resto del personal”.
“Esto -recordó- se había dado en un contexto de una protesta que tenía el preso. Intentó suicidarse, fue un simulacro. Pero puso su vida en riesgo de verdad al colgarse de una especie de plafón con reja que tenía en la celda donde estaba. Mis defendidos ingresaron para salvarlo. Ahí el recluso los agredió y ellos lo redujeron. Después lo sacaron de la celda y lo llevaron a otro lugar donde volvió a ponerse agresivo. El jurado entendió que lo que hicieron los efectivos del SPB fue para defenderse. En el juicio, cuando declaró, el mismo interno reconoció que hizo toda una maniobra para ser trasladado”.
Dávila contó que en el debate se generaron dudas también de si las lesiones que presentaba el interno se produjeron al intentar ahorcarse o después, en otro sector del penal al que lo trasladaron y donde ya no fueron sus defendidos los que intervinieron. “Un médico que lo vio dos veces, en una primera entrevista lo encontró con las excoriaciones lógicas en el cuello producto de la soga con la que se colgó. Pero en un segundo encuentro, le halló otro tipo de lesiones que evidentemente fueron con posterioridad a que mis defendidos lo asistieran”.
Para el abogado azuleño esta fue su primera experiencia en un juicio con jurados y, según dijo, “un proceso así tiene su particularidad”.
“Lo positivo es que hay otro intercambio, distinto al que se da con un juez. El jurado, como no sabe, escucha más que un juez técnico, que ya por ahí se va formando una opinión y a veces es más difícil que escuche lo que uno le dice”, sostuvo al respecto.
Gentileza: Fabián Sotes, Diario El Tiempo
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