Un aplauso para el asador!
Por Lis Solé.
Asado con cuero, ícono de la Argentina gaucha, de “criollos en esta bendita tierra” como escribe don Juan Carlos Giribone.
Juan Carlos Giribone, dueño de Estancia San Juan de General Alvear, fue “un hombre gaucho e instruido” como dicen los que lo conocieron. Amante de las tradiciones y de una personalidad singular, fue Comisionado en 1940 y 1941 e Intendente en 1943. Alejado de la política, se ocupó de la administración de sus propiedades en Carlos Casares y General Belgrano donde poseía “La Invernada” pero siempre se mantuvo atento a las costumbres de un pueblo que amaba.
Cada año, reunía amigos, vecinos y peonada en General Alvear y en General Belgrano donde tenía estancias, para hacer una boleada de avestruces que terminaba con un gran asado con cuero, achuras, y hasta cuetes y petardos. Todo era organizado por Juan Carlos… se servía comida en mesas largas de hombres solamente ya que no se estimaba. Las mujeres de la familia no iban al asado ni al baile, ni primas ni hermanas; sólo algún empleado, quizás algún capataz, autoridades del pueblo o de la provincia y personas influyentes de la época.
José María Giribone cuenta como su papá, el “Manco” Giribone y su tío “Carlucho” como le decían familiarmente a Juan Carlos, después de almorzar o por la noche, ponían un tablón de madera y zapateaban un malambo uno de un lado y otro del otro; para terminar, hacían una mudanza en conjunto y después salían abrazados entre los aplausos de todos.
A Juan Carlos, en el centro de la foto con camisa oscura y sombrero, le gustaba usar el poncho colorado porque era muy rosista. El conocido recitador Santiago Rocca, presente en esa ocasión, cuenta en una de sus milongas que era “del gaucho la expresión más acabada y fiel, malambea, canta y piala/ corre en su zaina baguala tirándole a los “ñanduces” y uno queda haciendo cruces porque a éste ninguno iguala”.
Así que en “San Juan” todos los años después de la boleada de ñandúes, se hacía el gran asado con cuero para agasajar a los invitados. La actividad duraba dos días y la gente dormía en la estancia en catres con mantas y “después de asearse”, el almuerzo de la carne con cuero y por supuesto, muchas barricas de vino.
Para la carne con cuero, se sacaba la picana y los costillares y en una reja o una rastra se preparaba un gran fuego porque se asa durante toda la noche.
Cuentan de dos asadores alvearenses muy buenos: don Carlos Del Valle y Juan de Dios Fredes que era camionero de vialidad. Fredes vivía con su familia en una casilla de chapa sobre la calle y cuando no podía trabajar en los caminos por las inundaciones hacia muchos trabajos en la estancia. Según José Luis Giribone, éste era un personaje extraordinario, carneaba, ordeñaba, hacía leña y los mandados para el pueblo en sulky cargando con todo. Para el asado con cuero trabajaba durante toda la noche con la ayuda de un chico y dicen que se tomaba diez litros de vino en la noche. Para la madrugada, cuando ya casi se había terminado de asar se iba a dormir. Pero al mediodía “estaba como un pimpollo” y preparaba la carne para el almuerzo.
Don Carlos del Valle, el primer hombre adelante y a la izquierda, era puestero en lo de Jaurena, hombre criollazo con familia numerosa que andaba siempre de bombacha negra, camisa, poncho sobre la espalda, sombrero y que hacía el asado con cuero como nadie. De puño y letra del mismo Giribone se lee detrás de la imagen: “Carne con cuero asada por don Carlos del Valle sin quemarle ni un pelo/ para la boleada en “San Juan de Giribone” en Octubre de 1938. Dicen que don Carlos tardó un día en hacer el asado… Dicen que le ponía un caño a una pala ancha para poder echar las brasas desde lejos que se hacían usando el hueso blanco o leña de eucaliptos.
Al mediodía ya estaba la carne en la mesa con nada más que sal o una salmuera con algunos dientes de ajo, algún yuyo pero casi siempre solo con sal gruesa. En la mesa había salmueras para que cada uno tuviera, que se hacía en botellas de vidrio con un corcho tajeado.
La mayoría de los comensales se quedaban dormidos sentados pero no era por tomar vino, sino por el cansancio terrible que era para la gente de Buenos Aires y muchos paisanos también, después de andar todo el día al viento por el campo y a caballo boleando avestruces.
De postre para las no más de treinta personas, pasteles que hacían las mujeres. Siempre iba alguien que tocaba la verdulera, el acordeón, cantaba y contaba cuentos como el Payador Vega o el Indio Fredes que era petisito, gracioso, muy simpático y querido por todos.
Estancia “San Juan”, estancia de trabajo, de tranqueras abiertas, estancia criolla. Se llegaba en auto y se guardaba en el galpón porque todo se hacía a caballo; al pueblo iba el cartero día por medio y si había que traer vicios para la casa, el mismo hombre ataba una yunta a un vagón e iba para el pueblo.
Dicen que Giribone nunca mandó a hacer en el campo lo que no supiera hacer: Juan Carlos trabajaba muy bien a caballo, pialador, boleador, muy campero y parejo. Un pingazo defensor de las tradiciones y con la nobleza de reconocer un excelente trabajo. Una foto bien nuestra que sigue pidiendo un gran aplauso para el asador.
Foto: Asado con cuero en la estancia de San Juan de Giribone. 1938.
De izquierda a derecha: don Tomás Wallace, el Jefe de la estación de General Alvear, Carlos del Valle (el primero adelante con sombrero), Julio Fernández Bazán, Fernando Silvestre, Arturo Peña, Juan Carlos Giribone (en el medio con camisa oscura), Juan Cañás, Francisco Costa Paz, Arturo Peña, Saúl Moreno, Armando Jaurena, Mariano Bernal, Víctor Fernández Bazán (Jefe de la Policía), Eulalio Govena, Carlos Uvauza, Enrique Padilla (propietario de la Caña Padilla), Alfredo Guiraldes, Adriano Touvel, Raúl Olivera, Ricardo Alonso, el Payador Vega, Honorio Avana (Charau), Juan Maguirre (de El Quemado), Juez del Crimen Ramón Giménez, Enrique Sojo (de lo de Olaso), Juan Gordon Davis, un empleado de la estación de Alvear, Santiago Rocca (recitador) y Juan Jorge Yaloux.
Agradecimientos a Pedro Estrebou, a Matilde Morales de Del Valle (Coca Cancela) y a Claudio Del Valle.
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