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Matrimonios y mucho más. Primeros Casamientos en General Alvear.

Por Lis Solé.

Matrimonios y casamientos… Parejas… hablar de casamiento en estas      épocas parece extraño… Pero no es así. La elección de una pareja, los      aciertos y desaciertos, marcan a las personas y las animan a proyectar    futuros, a mantener sueños. Y más allá de la ilusión y de la atracción          sexual, está la necesidad de vivir acompañado, de no estar solo, de              formar una familia… Y de recomenzar cuantas veces sea necesario para            ser feliz.

Los tiempos han cambiado, y el mandato social de que el matrimonio era        para siempre y “hasta que la muerte los separe”, permitía cualquier        infidelidad, maltrato o tolerancia donde las mujeres padecían a veces un sometimiento rayano en la esclavitud. Cierto que mucho ha cambiado              para peor, pero hay que sinceros, y hay muchos más para mejor.

Hubo y sigue habiendo matrimonios infelices pero también, parejas              felices y novios sonrientes porque aunque el mundo  ha cambiado… Qué        lindo es cuando lo quieren a uno y se comparten ilusiones!!

¡Cuántos casamientos habrá habido desde la creación del Pueblo en              1855! Un pueblo que creció rápidamente y que, en 1881, ya tenía 4.696 habitantes (Mulhall, 1885). Increíblemente el poblado que sólo tenía 400 habitantes en su fundación,  en 1873 había multiplicado por cien su        población que creció aún más con la llegada del ferrocarril en 1887.

¡Cuántas cosas pasaron en este pueblo de indios, civiles y soldados que            se han perdido!! Quedan del PUEBLO ESPERANZA, GENERAL ALVEAR      DESDE 1869 cuando se crea el Distrito, muy pocos registros anteriores a          esa fecha, que conservan con celo los Archivos Históricos de las            ciudades de Las Flores, Tapalqué y Saladillo.

Dieciocho años después de creado el Pueblo, se registra el PRIMER CASAMIENTO  RELIGIOSO en Alvear,en la Parroquia San José y  data de        1873. En la primer Acta del Libro de Matrimonio dice que “… El veintiuno            de abril del año del Señor de 1873 habiendo leído las amonestaciones en        tres domingos sobre el matrimonio que libremente intentaba contraer              don HILARIO TORRES de edad de veintiún años, natural de Buenos Aires,          de profesión jornalero, domiciliado en el Cuartel Tercero del General            Alvear, hijo de doña IRENE FOSSA, natural del país, con Doña SIRIACA ORONÁ, natural de Buenos Aires, de estado estanciera, de edad veinte    años…”.

Los padres de Siriaca eran SATURNINO ORONÁ y doña RUFINA        RODRÍGUEZ, ambos de Buenos Aires. El capellán VICENTE TROITEIRO      escribe “… que después de leídas las tres amonestaciones en los día 6,              13 y 20 de Abril y estando hábiles en la doctrina cristiana y enterados de            su libre y espontáneo consentimiento, los desposé”.

Las amonestaciones o proclamas eran publicaciones que se mostraban            en la Iglesia que decía algo así: “Si Ud. Conoce algún impedimento para          que sea celebrado este matrimonio, comuníquelo por favor al Cura          Párroco”.

Con todo lo pintoresco de esas Actas, cabe destacar la seriedad con lo            que se realizan las escrituras y tener en cuenta que la historia de los casamientos no comenzaba ahí. Unos cuántos años antes, en 1853, se            crea el Fuerte Esperanza con el Personal Militar y unos 30 italianos,          hombres y mujeres que vinieron enviados por Pastor Obligado quién es            el que costea los recursos para que llegaran al Pueblo que se crea en            1855.

Hay que tener en cuenta entonces que desde la existencia del PUEBLO ESPERANZA en 1854 hasta el primer Registro de Casamientos en la              Iglesia en 1873, hay 9 años de casamientos y vida en el Pueblo.

En 1889, se crea el Registro Provincial de las Personas y se registra el                18 de marzo el PRIMER CASAMIENTO CIVIL en General Alvear: los              novios eran RICARDA FREDES y NICOLÁS GRANIERI, de 18 y 23 años.

Consta en Actas que don SIXTO FREDES, nacido en 1842 y padre de la        novia,  era alférez del Primer Escuadrón de la Segunda Compañía de la      Guardia Nacional del Fortín Esperanza (1874). Su hija RICARDA, de 18            años en 1889, se había casado en la Capilla que se encontraba donde          ahora es la Municipalidad, el 14 de marzo en presencia del Capellán            Vicario LUIS MOLINARI.

 Don Sixto Fredes, ya de 47 años, presencia la ceremonia junto a  su Sra.      Doña Justa Carmona, ambos naturales del país con domicilio en General Alvear.

El novio, Nicolás Granieri había nacido en 1867 en Italia, hijo de Ángel y        doña MARÍA CAGNOTA, ambos italianos, y oficia la ceremonia el Jefe del Registro Civil, Pedro Benítez. Y acá una nueva rareza… El casamiento      religioso, según consta en Actas se había realizado cuatro días antes, el            14 de marzo de 1889 siendo que actualmente, el casamiento Civil se            realiza antes que el Religioso. Fueron testigos del matrimonio Civil don      EMILIO SARTORI de treinta y nueve años, casado, y don VÍCTOR            IGARTÚA de  treinta y nueve años.

El casamiento religioso seguro que fue en la CAPILLA que estaba              enfrente de la Plaza Principal de Alvear y que fue demolida en 1926, pero          sus campanas, las campanas de Olaso, se siguen escuchando en cada casamiento desde la torre de la Iglesia. El 23 de septiembre de 1900 se          había colocado la Piedra Fundamental para la Iglesia Católica que no se inauguró hasta el 30 de marzo de 1935… Casi diez años sin campanas ni sacerdotes estables en General Alvear, mismas historias de demoliciones        sin previsiones ni resguardo del Patrimonio tan recurrentes en el Pueblo.

Primeros casamientos con registros en General Alvear… Se releen las            Actas y se vuelve a sentir la emoción de un Inicio de  camino nuevo, de    temores ocultos entre valentías y música de campanarios…

HILARIO TORRES y CIRIACA ORONÁ… NICOLÁS GRANIERI y RICARDA FREDES… Bellos y antiguos nombres con la misma esperanza: crear            lazos de amor para siempre.