El embarazo en la adolescencia es un problema de salud pública que requiere un abordaje integral e inmediato. Según cifras del Ministerio            de Salud y Desarrollo Social de la Nación, en 2015, nacieron en nuestro      país 2.787 niños de madres adolescentes de 10 a 14 años, más de 7              por día. Además, las mujeres de entre 15 y 19 años dieron a luz a              otros 108.912 bebés, y 2 de cada 3 (67%) reportaron al momento del posparto que ese embarazo no había sido intencional.
Entre las menores a 15 años que quedaron embarazadas, casi 9 de            cada 10 (88,3%) no usó ningún método anticonceptivo. Por otra parte,            en el grupo de 15 a 19 años el 77,2%tampoco lo hizo. Estas cifras          reflejan la necesidad de trabajar sobre la prevención del embarazo no intencional, tanto en las niñas como en los varones adolescentes, con educación sexual prácticamente desde la misma infancia.
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) destacaron la        importancia de la prevención del embarazo en la adolescencia, que puede poner en riesgo la salud de las niñas y comprometer su futuro personal, académico y laboral, atentando contra el desarrollo de todo            su potencial.
Los especialistas aseguran que para prevenir los embarazos no intencionales en la adolescencia, son fundamentales la educación en            el hogar y en la escuela, las campañas públicas de concientización, los mensajes de los medios de comunicación y la atención integral            brindada por profesionales de la salud.
La edad de iniciación sexual relatada por las jóvenes de 20 a 29 años            es a los 17,1 años en promedio. Sin embargo, en adolescentes              mujeres de entre 14 y 19 años, su primera relación sexual se concretó              a los 15,5 años. "Estos datos sugieren un adelantamiento en la edad            de iniciación sexual, lo que obligatoriamente nos debe llevar a              repensar el modelo de educación y prevención para los niños, ya que            se enfrentan más tempranamente a estas experiencias", explicó la doctora Diana Pasqualini, secretaria del Comité de Adolescencia                de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Desde un punto de vista socio-sanitario, un "abismo de experiencias" separa a los adolescentes más jóvenes de los menores, por eso se          suele dividir a la segunda década de la vida en los períodos 10 a 14 y              15 a 19. En el primer grupo etario, deben considerarse como posibles las situaciones de abuso y coerción, produciéndose circunstancias de incesto y de embarazos y maternidades infantiles forzadas.
Por su parte, entre las adolescentes de 15 a 19 años, los determinantes        se relacionan con condiciones de pobreza, estar fuera del sistema        escolar, tener relaciones sexuales sin uso sistemático o adecuado de anticonceptivos y estar en pareja o conviviendo. A su vez, hay            evidencia de repetición del embarazo en la adolescencia: 1 de cada 4 argentinasque tuvo su primer hijo en la adolescencia, tendrá el segundo antes de los 19 años.
A menor edad aumenta la probabilidad de que ese embarazo sea producto de un abuso sexual
A menor edad aumenta la probabilidad de que ese embarazo sea producto de un abuso sexual
"El embarazo en la adolescencia es un factor crítico en la inequidad              de género y presenta mayor incidencia en los hogares de menores recursos, inequidades de género y de clase que se exacerban cuando            la tenencia de un hijo es no intencional. Solo por dar un ejemplo,        mientras que en la Ciudad de Buenos Aires los recién nacidos de        menores de 20 años representan el 6% de los partos, en Formosa,            Chaco y Misiones ese porcentaje alcanza casi al 25%", informó el doctor Daniel Rolón, secretario consultor del mismo comité.
Por su parte, la doctora Rosa Pappolla, médica pediatra, también        miembro del Comité de Adolescencia de la SAP, sostuvo que "en la      juventud (y, en particular, durante la adolescencia), se comienza a            decidir sobre eventos claves que tendrán un peso crucial en el futuro". Estos van desde la finalización de la educación media, el inicio de la          vida laboral, la salida del hogar de origen, la formación de un hogar        propio y el comienzo de la vida sexual y reproductiva. "Por eso, la importancia de un Estado presente que garantice los derechos              sexuales y reproductivos a través de la provisión de información,        insumos y servicios de calidad en estas poblaciones", aseguró.
Particularmente, desde la SAP informaron que preocupa el número de embarazos en menores de 15 años, dado que su impacto en la salud    integral y en la vulneración de derechos es crítico: a menor edad          aumenta la probabilidad de que ese embarazo sea producto de un            abuso sexual. Por otro lado, en las menores de 15 años de países de ingresos bajos y medios, el riesgo de muerte materna es dos veces      superior al de las mayores, además de tener más riesgo de      complicaciones en el embarazo y en el nacimiento.
Los niños aprenden habitualmente de sexualidad en sus hogares
Al finalizar el colegio, los adolescentes se encuentran expuestos a más horas de pantalla que a horas de clase (IStock)
Al finalizar el colegio, los adolescentes se encuentran expuestos a más horas de pantalla que a horas de clase (IStock)
Aunque el tema no sea dialogado abiertamente, la actitud de los padres,      sus roles en el hogar y su forma de encarar aspectos cotidianos influyen        en el desarrollo de conductas sexuales y en la forma de comunicarse          con los demás. Algunos estudios muestran que los adolescentes al            tomar ciertas actitudes tienen en cuenta lo que les transmitieron los        padres, ya sea a través del lenguaje verbal como mediante de sus    acciones.
Según la Academia Americana de Pediatría, al finalizar el colegio, los adolescentes se encuentran expuestos a más horas de pantalla que a      horas de clase. A veces, no es el tiempo transcurrido frente a las        pantallas el problema real, sino la actitud del niño y de sus padres.      "¿Saben los padres qué ven sus hijos? ¿Se dialoga sobre los          programas vistos? ¿Se habla de ternura, amor, privacidad,      confidencialidad en las relaciones? ¿Cómo es la relación hombre/            mujer en la casa?", reflexionó Pasqualini.
"Las escuelas juegan un rol esencial, ya que allí es donde permanecen      más tiempo niños y adolescentes. Y desde el gobierno se requieren campañas de sensibilización a través de los medios masivos de comunicación y las tecnologías de la información y comunicación           (TIC)", completó Rolón.
Algunas estrategias para contribuir a  la disminución del embarazo              en la adolescencia:
–Los profesionales de la salud que atienden adolescentes deberían          estar familiarizados con el marco normativo vigente, en cuanto al          interés superior del adolescente, el concepto de autonomía progresiva,          la privacidad y su derecho a expresar su opinión y a ser escuchado en    todos los asuntos que lo afecte. Y conocer las guías y protocolos para            la atención de situaciones complejas que pueden ser identificadas ante        una situación de embarazo, como la detección del abuso sexual, el      maltrato infantil o la interrupción legal del embarazo.
–Es fundamental promover una salud sexual libre de coerción,          placentera y responsable.
–Los pediatras deben tener en cuenta que las consultas sobre anticoncepciónconstituyen una demanda que requiere ser      satisfecha en forma urgente. La dación o prescripción de métodos anticonceptivos: de barrera, hormonales, de larga duración y la anticoncepción de emergencia, debe hacerse cada vez que sean      requeridos por cualquier adolescente, sin ningún otro requisito que                su consentimiento y su evaluación integral.
–Cuando el embarazo ocurre en menores de 15 años siempre deberán pesquisarse relaciones de poder y/o abuso.
El 70% de los embarazos adolescentes no fue planificado (Getty)
El 70% de los embarazos adolescentes no fue planificado (Getty)
-El seguimiento de las adolescentes embarazadas requiere de un        accionar interdisciplinario e intersectorial por parte de profesionales capacitados y empáticos. Es fundamental la articulación con otros      sectores: educación, organismos de protección de derechos, ONG y              la comunidad como apoyo para su desarrollo autónomo.
"En la adolescencia, la persistencia de altas tasas de embarazos y de infecciones de transmisión sexual, como el VIH, hacen          imprescindible el fortalecimiento de las políticas públicas que              permitan mejorar el acceso de la población adolescente a los              derechos sexuales y reproductivos, derechos que incluyen la            protección ante la violencia y abuso, así como la promoción de las capacidades autónomas mediante formación e información adecuada              y la provisión de los recursos necesario", concluyó Pappolla.
-Es fundamental que cualquiera sea el método anticonceptivo indicado, remarcar que el uso del preservativo es lo único que previene del sida            y de otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Para lo cual es      necesaria la presencia de profesionales de la salud idóneamente        formados y comprometidos en los centros de salud.
La información adecuada, efectiva y clara, más el acompañamiento          desde la infancia, tanto desde la familia, la escuela, las sociedades científicas y el Estado presente a través de políticas públicas, son imprescindibles para mejorar la salud y calidad de vida de la población adolescente.