17/3/19

Una Olavarriense a juicio por besarse        con su novia

El proceso oral y público se iniciará en junio.
“Con las pruebas que hay, la causa debería resultar en la absolución,          pero entendemos que Mariana fue sometida a un castigo de casi dos      años”, dijo Lisandro Teszkiewicz, el abogado que el próximo 5 de junio estará a cargo de la defensa en el juicio oral y público contra Mariana Gómez, la joven olavarriense de 25 años que en octubre de 2017 fue detenida en la estación de subte de Constitución, en la ciudad de          Buenos Aires.
Según la acusación, fue apresada por fumar en un lugar no permitido,        pero ella denuncia una persecución policial sólo por haberse besado            con su esposa en un lugar público. Para Teszkiewicz, que el Estado          haya invertido tiempo y recursos en que la causa llegue a un juicio            habla de “una estructura pensada para perseguir disidencias”.
El juicio oral y público contra Mariana Gómez quedó fijado para el        próximo 5 de junio y se prevé que dure sólo una jornada.
El hecho que se ventilará ocurrió cerca del mediodía del lunes 2 de      octubre de 2017, cuando Mariana (25) fue a acompañar a su esposa        Rocío Girat (23) a tomar un colectivo a la estación de Constitución,                en el centro de Buenos Aires. Cuando llegaban, empezó a llover y a            caer granizo, por lo que las chicas se refugiaron en la estación de            subte. Mariana encendió un cigarrillo y, según testigos, no fue la única.    Pero mientras fumaba, hizo algo más: besó a Rocío.
Eso bastó para que, en medio de todos los fumadores, el empleado de Metrovías José María Pérez se acercara sólo a ella y le dijera que allí      estaba prohibido fumar. Ella retrucó: le dijo que no había ningún cartel        que indicara eso y remarcó el hecho de que ella no era la única persona haciéndolo. El empleado de Metrovías buscó a Jonatan Rojo, un            efectivo de la Policía de la Ciudad, con el que Mariana mantuvo la            misma discusión en un tono cada vez más elevado.
Desde el inicio, la conversación con Rojo fue violenta: le decía “pibe”              y la trataba en masculino. “Mariana reaccionó a esta situación y les recriminó que el único motivo por el que la estaban reprendiendo a            ella y no al resto era porque eran dos mujeres besándose. Había otras personas fumando y otras personas besándose, pero ellas eran las        únicas lesbianas”, dijo Teszkiewicz.
Mariana apagó el cigarrillo y quiso irse, pero el policía Rojo no se lo permitió. Le dijo: “Pibe, quédate acá que vas a ser detenido por          desacato a la autoridad”. Lo que siguió quedó filmado por otras          personas que estaban en la estación y que recriminaron a la policía lo          que estaba haciendo. A Rojo se sumó la oficial primera Karen Villaroel, quien le dijo que se pusiera de espaldas porque la iba a esposar.          Mariana le dijo que no podían detenerla porque no había hecho nada.        Todo terminó en un forcejeo del que Mariana terminó reducida en el          suelo con los dos policías encima y la rodilla de uno de ellos        aplastándole la cabeza.
Horas más tarde la trasladaron a una comisaría donde la hicieron      desnudar y la revisaron varias veces para chequear que no tuviera estupefacientes en la vagina. Tras una movilización en la puerta de la seccional, fue liberada cerca de las 21.

Derrotero penal

En los últimos días de 2017, la jueza María Dolores Fontbona De            Pombo procesó a Mariana por los delitos de “resistencia a la            autoridad” y “lesiones graves”. La defensa apeló la resolución, que              fue confirmada por la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y      Correccional de la ciudad de Buenos Aires el 9 de marzo de 2018.
El juicio oral y público ya tiene fecha: será el 5 de junio próximo y            durará sólo una jornada.
Para Teszkiewicz, ninguno de los dos delitos de lo que se acusa a        Mariana tienen sustento probatorio suficiente. “Para que haya una resistencia a la autoridad hay que desobedecer una orden legítima                de la policía. Estar fumando no es un delito, es una falta por lo que                no se puede detener a nadie. De hecho el castigo es una multa para el responsable del lugar, no para la persona que está fumando”, remarcó.
Sobre las lesiones graves, Teszkiewicz explicó a El Ciudadano que          tienen que ser lesiones permanentes en un órgano, en el rostro o que causen una incapacidad de 30 días. “La acusación es porque Villaroel        dijo que en el medio del forcejeo Mariana le tiró del pelo y la golpeó,          pero no se trata de lesiones graves sino, en todo caso, de lesiones          leves, y para perseguir ese delito ella debería haberse constituido            como querellante”, agregó.

Pruebas

Las pruebas que se ventilarán en el juicio son pocas. Desde la          acusación cuentan con los testimonios del empleado de Metrovías y              de los dos policías. La defensa hará declarar a Mariana, a su esposa          Rocío y a dos personas que estaban en la estación de subte y que        filmaron la brutal detención.
Además, presentarán una pericia médica incorporada durante la      instrucción suplementaria en la que un médico dice que las lesiones              no son de carácter grave. Esa prueba fue solicitada hace más de un            año, pero nunca les habían permitido realizarla. “Una vez autorizada    Villaroel fue citada tres veces para ser sometida a esa pericia y nunca          se presentó, pero contamos con el informe del perito que explica la situación y que infiere del resto de las evidencias (estudios médicos y fotografías del día del hecho) que las lesiones, de existir, no son          graves”.
“Tenemos una buena perspectiva de que esto se va a resolver a            nuestro favor, pero entendemos que el objetivo de este proceso no              era obtener una condena sino perseguir una conducta disidente”,      consideró el letrado. “En estos casi dos años Mariana tuvo un proceso abierto que le generó todo tipo de complicaciones. No puede salir de la ciudad sin autorización, no puede conseguir un trabajo en blanco            porque el antecedente hace que la rechacen y de hecho en algunas reparticiones del Estado es ilegal que la contraten, ni siquiera tramitar          un carné de conductor profesional”, remarcó, y sentenció: “Esto no se      trata de dos policías y un empleado de Metrovías que tuvieron una          actitud lesbofóbica, esto es una estructura del Estado pensada para perseguir disidencias, simplemente por tener una identidad de género            o hacer una elección diferente”.
Fuente y foto: elciudadanoweb.com

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