Cuando lo que importa es el hacer. Don Osvaldo Monti.
Por Lis Solé
A veces parece que no hace falta repetir lo que aparece evidente y ahí se cae en el error, porque se olvidan los hechos y personas fundamentales en el crecimiento de los pueblos quizás por ideologías pasatistas, partidarias o demagógicas que son originadas, en la mayoría de los casos, por el desconocimiento, el fanatismo excesivo o la falta de humildad que no permite reconocer el error propio o el valor de los demás.
Y quizás todo eso pasa por la tendencia generalizada de encasillar las gestiones por el momento en el que gobernaron o por su inclinación política, sin atender a lo que hicieron y a sus características personales, lo que origina esa horrible grieta de ofensas y rencores difíciles de superar.
Tal es el caso de las gestiones de don Osvaldo Monti en General Alvear de 1966-1973 y 1976 a 1984.
¿Intendente o comisionado? La pregunta ha sido repetida muchas veces, y cualquiera que vivió durante la administración municipal de don Osvaldo Monti sabe la respuesta y es sin lugar a dudas: INTENDENTE MONTI, en la convicción que el cargo se lo ganó con el hacer, con dos gestiones impecables donde el pueblo y su progreso fue la prioridad, sin intereses personales de ningún tipo.
En 1968, don Osvaldo Monti se entrevistó con Rafael Darío Capdevila quién quedó admirado por observar en don Monti, “un grado de interés patriótico altamente significativo y fuera de lo común, referido a la trascendencia de la labor histórica y a sus reales merecimientos”. En la entrevista, Monti le solicitó que realizara la edición de un libro ya escrito en 1940 por su padre Ramón Capdevila con la historia del Pueblo según encargo de Juan Carlos Giribone. El libro, titulado “El fortín Esperanza y el Pueblo y el Partido de General Alvear (Apuntes para su historia)” fue publicado al decir de Capdevila “gracias a la voluntad propiciatoria del Sr. Monti”, que al dar a conocer al público la obra escrita casi 30 años atrás, realiza un aporte fundamental a la historia alvearense.
Osvaldo Monti, dueño de la estancia “El Cinco” donde se encontraba su Museo particular, se hace cargo de la Comuna de General Alvear el 4 de agosto de 1966 durante el Gobierno militar de Onganía, reemplazando al Intendente Municipal Interino Sr. José Manuel “Viruta” Lescano.
Con gran determinación, Monti continúa con la obra vial impulsada por los gobiernos anteriores y prosigue con la construcción del Barrio para empleados y Obreros Municipales, actual “Barrio Municipal” y comienza con la plaza “Esteban Echeverría”, donde los empleados recuerdan sus constantes visitas y su ruego: “-Vayan por la Municipalidad si necesitan algo”.
Cuando se habla de gestiones, se comienza con una larga lista de acciones realizadas y entre las de Monti, se cuentan los puentes sobre en el Canal 16 en su cruce con la ruta N° 61 del paraje “La Morocha”; en esa zona, las inundaciones había cortado los caminos y primero, el Ejército construyó un puente de emergencia con el sistema Bailey, puente que se mantuvo hasta mediados de 1968 en que Vialidad Provincial habilitó el actual puente de cemento.
Capdevila describe a Monti con admiración, viendo en él a “un hombre de carácter, chapado a la antigua y en quién es dable advertir la continuidad de aquel admirable espíritu de frontera que animaba a los argentinos del siglo pasado”. Y eso, es algo indiscutible en la personalidad de Monti, características que repiten todos los que lo conocieron. Profundamente sanmartiniano, construye en los terrenos adyacentes a la estación del Ferrocarril Roca, el parque infantil “José de San Martín” y da comienzo y finalización a la Remodelación que ostenta la actual rotonda de la Ruta N° 51 reparando el tramo Alvear-Azul gracias al aporte de la provincia.
En 1967, procede a la limpieza de los frentes del Palacio Municipal, de la Iglesia, la Comisaría, el Matadero, la Maternidad y el Hospital construyendo en él el primer Laboratorio de Análisis Clínicos “Agesilao Milano”, e invierte en la ansiada y esperada “luz blanca” que modifica completamente las calles del pueblo.
Sumamente recto, en persona vigilaba cada obra yendo siempre en su propio auto, estando al día con cada detalle de la construcción del Natatorio
Municipal y las obras complementarias del que serían actualmente el Balneario Municipal y haciendo un alteo importante en lo que es actualmente el parquecito de la pileta municipal. Allí, fiel defensor del patrimonio y de la historia local, hace construir una réplica del Fuerte “Esperanza”, con sus ranchos y mangrullo, zanjas y parapeto tal cual lo había descripto José Portugués, réplica parecida a la que lucen orgullosos otros pueblos de la provincia como Navarro, Trenque Lauquén o Saldungaray, sitios visitados por gran cantidad de turistas, reafirmando con sus acciones, su visión y proyección de un Alvear turístico y centro de visitas ofreciendo lugares de esparcimiento con arbolados y parques.
Monti tomaba la cultura, la educación y el cuidado del patrimonio como principal obra pública: en sus gestiones se construyeron las actuales Escuelas N° 24 y 27 y apoyó las acciones del Centro de Capacitación Integral “Remedios Escalada de San Martín” donde se dictaban cursos de Manualidades, Dibujo, Bordado, Corte y Confección, Jardinería y Huerta, Contabilidad, Peluquería siendo sin dudas, el objetivo que cumple actualmente el Centro de Formación Profesional.
Bien vale aclarar que muchos ningunean la gestión del Sr. Monti por no ser elegido por voto popular y argumentando que al ser un Gobierno Militar, se pierden los Concejos Deliberantes, pero Monti y en sus facultades a cargo de la Municipalidad, promueve la formación de Asambleas del Consejo de la Comunidad integradas por delegados o representantes de todas las entidades locales oficiales o particulares según decreto N°28/68 lo que coloca a General Alvear en el Cuarto lugar en el concierto de los partidos de la provincia de Buenos Aires (El Independiente, 22/07/1969).
Después de varias asambleas previas y preparatorias el 30 de abril de 1968, el Consejo Honorario quedó legalmente constituido y formada la Junta Central por Federico Martínez, Alfredo Sivero, Adolfo Morena, Julia Cabral y Juan Carlos Escande así como colaboraban con la Intendencia Municipal, la Comisión Vial HONORARIA compuesta por Adolfo Erdmann, Wenceslao Wallace, Antonio Pessotano y Silvano Ortiz (Llantada, 62).
Durante su primera gestión, el pueblo de General Alvear festejó su Centenario y para ello, Monti propulsa la creación de la “Comisión Oficial de
Festejos del Centenario” formada inicialmente por 47 personas que trabajaron arduamente en la organización de los eventos y que se duplicaron en cada hecho como sucedió con la Revista del Centenario, dando participación y protagonismo a toda la población sin distinciones políticas (Llantada, 155).
Parco y casi sin palabras, andaba sin parar, casi sin discursos pero con una personalidad, postura y energía que trasmitía constantemente. Pavimento, arbolado, todo era poco para sus ganas de hacer, hacer con cuentas claras reflejadas en presupuestos de números y letras publicados en el diario local “El Independiente” año tras año.
Imposible describir la gestión de Monti en pocos renglones. Todo lo dicho y escrito, y sólo se han referido resumidas las obras de la primera gestión, sin tener en cuenta su segundo período como Intendente desde 1984 a 1976 donde se evidencia su visión de progreso y sus acciones tendientes a que General Alvear y sus habitantes, tuvieran un pueblo cómodo del que se sintieran orgullosos tal como se observa al realizar el ensanche de la avenida Perón (antes Necochea), el tendido de Aguas Corrientes en la planta urbana con la puesta en marcha de la Planta Purificadora de agua y el desagüe de la ex calle Fray Cayetano Rodríguez que terminó con las inundaciones en esa zona del pueblo, calle que orgullosamente ostenta su nombre.
Intendente Monti. No es fácil reconocer la gestión de un intendente de facto sin mezclar los tantos, sin encasillar, sin jugar con títulos o palabras; es necesario mantener convicciones basadas en hechos, pensar con valor y sin prejuicios, tal como lo hizo la gestión de Gaudencio Fernández al colocar su nombre a la calle Fray Cayetano Rodríguez.
Sí. Don Osvaldo Monti fue realmente un hombre de carácter y “chapado a la antigua” y como bien dice Capdevila, con un sentimiento patriótico fuera de lo común; recto, llegando a la Municipalidad antes que nadie para abrir personalmente las puertas, exigente, trabajador incansable, protector del patrimonio histórico cultural alvearense.
Don Osvaldo Monti: comisionado o intendente, viniendo desde el campo en su auto particular a la intendencia con o sin lluvia, o en sulky cuando el camino no se lo permitía.
Intendente o Comisionado, pero ad honoren durante casi 14 años… Es más, ya sin cargo y con la Intendencia del reciente electo Dr. Luis Cellillo, “casi todo el pueblo acudió a un almuerzo en agradecimiento a su gestión impecable” (Trezza, 2019).
Es necesario valorar las acciones y gestiones sin encasillar siguiendo el ejemplo de los grandes que sin ostentación, demostraron que se puede hacer y crecer en Comunidad por amor a la Patria Chica y por hombría de bien.
Nota: En cierto período don Osvaldo Monti cobró el sueldo como Intendente, suma que se transfirió íntegramente al Dr. Christensen quién estaba a cargo de la Dirección de Salud y el Hospital.
Fotos:
1. Fiesta de los Municipales. Entre los empleados se encuentra el "Colorado" Cabrera y el maquinista Bajo. En el centro sentado, Osvaldo Monti junto a su esposa María Luisa "Chela" Limongelli y a Ernesto Alonso y su esposa Silvia Chehú.
2. Osvaldo Monti. 1966-1973 y 1976-1983.
Monti acepta estar a cargo de la primera Intendencia, sólo si se mantiene al Intendente destituido como Secretario General de la Intendencia que en ese momento era don José “Viruta” Lescano. (Pessotano, S. 2019).
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