Acto por el 169° aniversario del fallecimiento del Gral. San Martin
Acto centralizado en la mañana del sabado 17.
“Don José de San Martín Matorras nació en Yapeyú, al norte del Virreinato del Río de la Plata, el 25 de febrero de 1778.
A los 7 años fue llevado a Buenos Aires, y dos después a España. Desde muy joven siguió estudios militares, llegando a combatir en guerras contra moros, franceses y portugueses.
Cuando en 1808 el ejército napoleónico invadió España, San Martín se destacó en la gran batalla de Bailen, y siguió luchando hasta que en 1812 decidió embarcarse rumbo a Londres, y casi de inmediato viajó a Buenos Aires servir a la causa de la independencia americana.
Al llegar a su patria natal se casó con la joven Remedios de Encalada, con quien tuvo su única hija, Mercedes. En 1813, junto a su regimiento "Granaderos a Caballo" tuvo una decisiva participación en la batalla de San Lorenzo, que aseguró la independencia de Argentina.
En 1814 se instaló en Mendoza, aquí organizó el Ejército de los Andes, con el cual cruzó la Cordillera y logró la independencia de Chile con la victoria de Maipú, en 1818.
En setiembre de 1820 llegó al Perú, al mando de 4500 hombres, y a comienzos de julio de 1821 logró ingresar a Lima, proclamando la Independencia del Perú el día 28. Gobernó con el título de Protector hasta setiembre de 1822, pero no pudo derrotar definitivamente a las fuerzas del virrey La Serna. Se retiró para dejarle el camino libre a Simón Bolívar.
Llegó a Buenos Aires en 1823, encontrando que su esposa acababa de morir. Al año siguiente, junto a su hija, enrumbó a Europa. Pasó por Escocia, Bélgica, y finalmente se en Francia. Siempre se mantuvo atento a la situación política de América Latina, especialmente de Argentina, Chile y Perú, hasta que en 1850 en Boulogne-Sur-Mer, a la edad de 72 años”.
Con estas glosas se dio inicio, en la mañana del sábado 17 de agosto, al acto centralizado en conmemoración del 169° aniversario del fallecimiento del General José de San Martín.
La ceremonia tuvo lugar en el veredón de la Escuela N° 1 y contó con la presencia del Intendente Municipal Ramón José Capra. Junto al jefe comunal asistieron las siguientes autoridades: el Presidente del Honorable Concejo Deliberante Mauricio Pavioni Rossi, la Jueza de Faltas Dra. Paola Sivero, el Agente Fiscal Dr. Cristian Citterio, el Cura Párroco Juan Angel Del Giorgio, el Secretario de Gobierno Dr. Diego Garaventa, Directores del Departamento Ejecutivo, Concejales de distintos bloques, representantes del área de educación, fuerzas de seguridad y civiles, representantes de instituciones, organismos y entidades intermedias y vecinos.
También estuvieron presentes las banderas de ceremonias de los establecimientos educativos, fuerzas civiles y de seguridad: EP N° 1, EP N° 24, EP N° 27, Colegio e Instituto Carmen A. Micheo, Centro Educativo Complementario N° 801, Escuela de Educación Secundaria N° 1, Escuela de Educación Secundaria N° 4, Escuela de Educación Agraria N° 1, Escuela de Educación Secundaria Técnica N° 1, Instituto Superior de Formación Docente y Técnico N° 76, Escuela de Educación Estética N° 1, Estación de Policía Comunal, Comisaria de la Mujer, Bomberos Voluntarios y Unidades Penitenciarias N° 30 y N° 14.
A continuación se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino y la Marcha de San Lorenzo. La invocación litúrgica estuvo a cargo del Padre Juan Angel. Posteriormente el Intendente municipal, junto al Presidente del Concejo Deliberante, depositaron una ofrenda floral al pie del busto del Gral. San Martin. En la continuidad de la ceremonia y previo a la desconcentración de las Banderas de Ceremonias, el Secretario de Gobierno Dr. Diego Garaventa fue quien pronunció las palabras alusivas a la fecha.
Discurso del Dr. Diego Garaventa
169° ANIVERSARIO DEL PASO A LA INMORTALIDAD DEL PADRE DE LA PATRIA.
“En el Mausoleo que vela sus restos, en la Catedral de Buenos Aires, hay una placa que reza: “José de San Martín, Guerrero de la Independencia Argentina, Libertador de Chile y Perú, Nació el 25 de Febrero de 1778 en Yapeyú, Murió el 17 de Agosto de 1850 en Boulogne sur Mer, YACE AQUÍ”.
Hoy nos congregamos para rendir homenaje, una vez más, al Padre de la Patria, y más allá de sus enormes proezas militares, de su extraordinario valor y abnegación por la causa de la emancipación, me permito citar una obra de Bartolomé Mitre que lleva por título “Las Cuentas del Gran Capitán”; y destaca el ejemplar manejo de las cuentas públicas por parte del General San Martín, a continuación expongo algunos textos.
Dice Mitre:” El general San Martín pertenecía a esa austera escuela del deber contemporáneo y de la fiscalización póstuma, y al cabo de cien años, él puede presentarse a su posteridad con su cuenta corriente en regla, pidiendo el finiquito de ella, en vista de lo que recibió, de lo que gasto y de la herencia de gloria que legó a sus hijos.
Y las cifras mudas de esa cuenta se alzarán de la tumba como testigos irrecusables, que declaren en lenguaje matemático, que San Martín, no solo fue un gran hombre, sino, principalmente, un grande hombre de bien.
Ellas dirán que su educación nada costó a su Patria, que el Rey quedo debiendo a su padre los sueldos como teniente gobernador de Misiones: que a la edad de doce años se bastó a sí mismo, en tierra extraña; y que su madre, al enviudar, decía de él que era el hijo que menos costo le había traído hijo barato como después fue héroe barato, su madre natural como su madre cívica, solo le dieron de su seno la leche necesaria para nutrir su fibra heroica.
Este hombre que remendaba su ropa y su calzado y cosía personalmente los botones de su camisa
Así como economizaba la pólvora y cuidaba de sus cartuchos, él misino picaba su tabaco, y la tabla y el cuchillo con que lo hacía se conservan aún como un recuerdo de sus austeras costumbres
Las cuentas del vencedor de Chacabuco, muy digna de figurar al lado de la de Washington, porque son los gastos modestos de un gran hombre, en medio de un gran triunfo...
Realza el mérito del héroe argentino, que Washington era rico y San Martin pobre, que el primero hizo la guerra únicamente en el territorio de su país, y el otro fue un verdadero conquistador: que el uno tenía que rendir cuentas a un congreso y San Martín únicamente a sí mismo.
¡Ambos tenían en su propia conciencia un constante centinela de vista!
El Cabildo de Santiago puso a su disposición la cantidad de diez mil pesos en onzas de oro rogándole los emplease en gastos de viaje El general contestó aceptando el regalo, pero destinándolo a la formación de una biblioteca pública en Chile, diciéndole: La ilustración es la llave que abre las puertas de la abundancia. Y pudo agregar, la economía de los dineros públicos la que las asegura.
Por último, mientras la tierra argentina produzca hombres libres, mientras el sol de nuestra bandera no se eclipse, mientras lata en ella un solo corazón y vibre un labio que repercuta sus generosos latidos, el nombre de San Martín continuara glorificado de siglo en siglo.
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