27/8/19

La chinchibirra: la curiosa botella de bolita.

Por Lis Solé
 
Hay inventos geniales que perduran en el tiempo y además se          perfeccionan; hay inventos tan prácticos que son insuperables; hay          algunos sumamente novedosos pero que se descartan por la falta de          utilidad o por características que no han podido ser adaptadas o          mejoradas. Y hay otros inventos, que no sirven para nada.
Tal cuál la vida. Ojalá cada persona pueda ser su mejor invento,        rearmándose y aggiornándose constantemente para poder permanecer              en el tiempo mejorando cada día.
Es el caso de la botella a bolita, un invento curioso que llama la atención      actual cuando aparece alguna en las manos de algún coleccionista, una pequeña botellita verdosa transparente, verde botella, ocre o marrón,                con una bolita que tintinea en su interior.
La Sodería Fittipaldi de General Alvear tenía de esos envases ya que          figuran en los libros de la Casa y además restos de ellas fueron            encontradas enterradas donde estaba la primera Sodería en actual                  casa de la familia de Peti Buduba.
BEBIDA EFERVECENTE SIN ALCOHOL
La botella era conocida como “la chinchibirra” pero no por su forma                sino por contenido. En realidad, la chinchibirra era una bebida inglesa              que venía originariamente en esa botella llamada “ginger beer”, nombre          que se pronuncia algo así como “yinyerbir” o “chinyerbir” y que pasó a            ser en poco tiempo “chinchibirra”, una mezcla lunfarda de beer, birra y      ginger.
Sin embargo, “la chinchibirra” no era una cerveza tal como se conoce actualmente ya que es una bebida sin alcohol muy antigua que se              obtiene de la fermentación de levadura de jengibre mezclado con agua                 y azúcar que fermentadas durante tres o cuatro días, origina un jarabe efervescente. Después, le agregaban unas gotas de jugo de limón o          naranja para perfumar y hacer que la bebida fuera algo más ácida.
LAS RECETAS DE FRANCISCO ANTONIO FITTIPALDI, FUNDADOR DE                LA SODERÍA ALVEARENSE
Francisco Fittipaldi (1897-1947) tenía una libreta con las recetas para          elaborar el “Jarabe de limón para Bolitas” que debía hacerse a 25                grados (jarabe frío) y para hacer 10 litros de jarabe se debían colocar 140 gramos de ácido líquido, 6 gramos de esencia de limón y 100 gramos de          agua de azahar.
Otra especialidad era el jarabe de Zarzaparrilla que llevaba igual los 140    gramos de ácido líquido, 30 gramos de agua de azahar y 40 gramos de zarzaparrilla, estando todos los valores prolijamente detallados según la cantidad de litros de jarabe a elaborar para tener las medidas sin            necesidad de calcular.
Este jarabe tan antiguo adquirió notoriedad en Argentina cuando los        penados de Ushuaia la elaboraban con agua, azúcar y el fruto del              calafate en la década de 1930.
UNA GASEOSA PARA CHICOS
Como era una bebida sin alcohol y de fácil elaboración, en tiempos no              tan viejos, estos jugos caseros se regalaban a los chicos              diferenciándose la chinchibirra a base de limón con “la bolita” a base de naranja, que envasaban y vendían en los almacenes de ramos generales.
Así llegamos a la popular “botella a bolita” o “botella de la bolita”            conocida por los abuelos, una botella chiquita de 250 centímetros              cúbicos que tiene en el interior de su gollete una pequeña bolita de vidrio        que tintinea.
LA BOTELLA CODD.
En realidad, la botella fue inventada por un tal Hiram Codd, en 1872,            épocas de reciente creación del distrito de General Alvear. La botella se        llenaba invertida y, en el afán de evitar los corchos, Codd utilizó una bolita adentro de la botella. La presión del líquido empujaba la bolita contra una arandela de goma en el cuello, creando un sello perfecto. Era la botella de Codd.
Pero pasaba que el mismo sistema de cierre, no permitía beber del pico o      pasar el líquido a un vaso, inconveniente que se salvaba girando la            botella para que quedara la bolita encajada en unas ranuras que tenía                en su gollete.
Para los paisanos acá, que adaptaban todo a lo gaucho por su propia ignorancia del inglés, la naranja espumosa se llamaba “la chinchibirra”,      nombre que adoptó también la botellita.
UNA BOLITA MÁS PARA JUGAR
Por supuesto que esas botellitas eran el placer de los chicos, tanto por la gaseosa azucarada que traía como por la codiciada bolita que llevaba en          su interior. Por esa misma razón, actualmente las botellitas son una        curiosidad y muy difíciles de encontrar enteras ya que muchas veces      aparecen con el pico roto porque los chicos lo quebraban para tener                una bolita más para jugar.
Es así como casi de casualidad y gracias a la botella de bolita y los        recuerdos de Peti Buduba, también sabemos ahora de donde proviene                la palabra “birra” que no es más que la cerveza paisana, mientras aún        parece escucharse la espontánea risa de los niños y la sonrisa de los      ancianos al escuchar el tintineo alegre de la bolita de la chinchibirra          naranja en una botella que canta.
Nota: Agradezco a Martín Rodríguez y a Daniel Rodríguez Zouza por la información y cordialidad y a Guillermina Pinciroli por compartir las            recetas de la Sodería Fittipaldi.
Fotos: Daniel Rodríguez Zouza explicando el uso de la botella.
Colección de botellas de bolita de Daniel Rodríguez Zouza.
Imagen de Internet donde se ve la bolita dentro de la botella.

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