Dará marcha atrás con la suba de la tarifa eléctrica prevista para enero y aseguró que la caja que queda alcanza solo para atender las cuestiones de los próximos 30 días.
Con un discurso centrado en críticas a la herencia recibida, y en una ceremonia que contó la presencia del presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el palco principal de la Legislatura junto a su familia, Axel Kicillof asumió este miércoles su cargo como gobernador de la provincia de Buenos Aires y llamó a "reconstruir la provincia".
Entre sus principales anuncios, el flamante mandatario bonaerense dijo que
El inicio de la tradicional Asamblea Legislativa en la Cámara de Diputados estaba previsto para 9.30, pero se demoró dos horas y media a la espera de Alberto Fernández, quien estaba reunido con el presidente de Cuba y llegó a La Plata en helicóptero sobre el mediodía.
La flamante vicepresidenta, en tanto, esperaba desde temprano en una oficina del recinto, y ambos se retiraron una vez que Kicillof recibió los atributos –la banda y el bastón de mando- por parte de la exgobernadora María Eugenia Vidal, no sin antes ser aplaudidos y celebrados con cánticos por los legisladores e intendentes oficialistas, que también entonaron con énfasis la marcha peronista entera ante el silencio de los funcionarios bonaerenses salientes y legisladores opositores.
La Asamblea comenzó así cerca de las 12 horas comandada por la senadora Teresa García y ministra de Gobierno desde mañana, quien ostentó el cargo de gobernadora por un día. García le tomó juramento a la vicegobernadora Verónica Magario, y ésta a Kicillof.
Antes de que el nuevo mandatario comenzara su discurso, que extendió por casi una hora, Vidal se retiró del recinto con el vicegobernador Daniel Salvador y sus ministros, que llegaron a la Legislatura todos juntos, y quedaron en un palco junto a dos intendentes ultrakirchneristas Mario Secco, de Ensenada y Jorge Ferraresi, de Avellaneda, y con el paceño Mario Ishii.
Tarifas y deuda
Uno de los puntos discursivos que se llevó mayores aplausos fue cuando Kicillof anunció que dará marcha atrás con la suba tarifaria prevista para enero. "Vamos a dejar sin efecto el aumento de las tarifas. Tenemos que someter la situación a revisión, por eso convoco a las empresas del sector para trabajar en un esquema que sea justo y razonable, que la gente lo pueda pagar", dijo y provocó los aplausos de legisladores e intendentes peronistas. Y agregó: "Si una tarifa no puede ser pagada por un jubilado, no es tarifa, es saqueo".
También le dedicó un párrafo a la herencia financiera de la gestión Vidal, a la que criticó en varias oportunidades. "Se habló de que dejaban una caja de 25 mil millones de pesos. Pero el problema no es cuánto queda en la caja, sino las necesidades que hay que atender con lo que queda en la caja. Y esa cifra no alcanza ni para los próximos 30 días", advirtió.
Para Kicillof, la provincia de Buenos Aires "perdió" autonomía fiscal durante el mandato de Vidal. "Depende más de recursos que vienen de Nación, que de los propios", señaló. Y alertó sobre la deuda de la provincia: "La cuestión de la deuda también es muy preocupante. Pasó de 9300 millones de dólares a ser de 12.300 millones de dólares. Esta provincia no recauda en dólares. La deuda en pesos se quintuplicó".
Asimismo, en todo de chicana señaló: "No creo que estén dejando una vara muy alta, sino un desempleo alto, una inflación alta y las condiciones de la provincia muy abajo", remarcó. En ese sentido, criticó el "marketing político" de la gestión saliente y acusó a su antecesora de "negar" los problemas de Buenos Aires.
"La sociedad y el pueblo de la provincia no quiere persecuciones y un Estado ausente, acusador, que culpa a las víctimas de la situación económica", enfatizó. "El resultado de las elecciones expresa malestar y rechazo. Tiene que ver con una situación económica durísima. Pero no sólo eso, sino también un rechazo a una política económica y a una lógica de gobierno", puntualizó.
Kicillof consideró que las palabras de Fernández ante la Asamblea Legislativa "empezaron a señalar un nuevo horizonte de reparación y esperanza". Y afirmó que buscará "transformar" la provincia: "No pretendo ser el gobernador de un espacio político, sino de todos". Además, dijo que la mayoría de los bonaerenses pretenden que Buenos Aires "vuelva a ser una provincia productiva y no especulativa, solidaria y no egoísta". "Que tenga un Estado presente, cercano", expresó.
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