Interno de la Unidad 30 lideraba banda de red de venta y comercialización de estupefacientes
En el marco de una investigación que se inició en el mes de septiembre en la ciudad se logró establecer que un recluso de la Unidad Penitenciaria 30 de Alvear lideraba un red que se dedicaba a la comercialización de estupefacientes y, además, estafaba a diferentes personas de la Provincia a través de un «call center».Hay 11 detenidos
Una investigación por venta de droga que comenzó en el mes de septiembre en Tandil culminó el pasado viernes en la Unidad Penal 30 de Alvear, desde donde una persona privada de su libertad lideraba una red de venta y comercialización de estupefacientes.
Meses atrás se logró establecer que una persona que se dedicaba a la venta de droga en nuestra ciudad tenía vinculación con un recluso del Servicio Penitenciario 30. A partir de ahí, en el marco de una eficaz indagación, se pudo dilucidar que este sujeto, preso en el penal, estaba relacionado a su vez con gente de la ciudad de Azul y que estaba llevando a cabo venta y comercialización de estupefacientes, con la complicidad de una policía.
A raíz de ello, el fiscal Fabio Molinero, a cargo de la UFI número 21 de Tandil, contó en diálogo con el ciclo televisivo Tandil Despierta, que se emite por Eco TV, que se pusieron en contacto con la fiscalía del doctor Lucas Moyano y empezaron a trabajar de manera conjunta.
El viernes pasado, con intervención de la Policía Federal de Azul, se llevaron a cabo una serie de allanamientos que concluyeron con 11 personas detenidas, que fueron indagadas el domingo, y se secuestraron más de un kilo de marihuana, elementos relacionados con la venta al menudeo de estupefacientes, teléfonos celulares y una Ford EcoSport propiedad de la agente de policía imputada.
“Era una banda liderada por una persona que esta privada de su libertad en la cárcel de Alvear, donde también se realizaron algunos procedimientos, y era quien organizaba la venta desde adentro. Operaba específicamente en Azul”, detalló Molinero.
Manifestó que no fue un tema que les demandó mucho tiempo ya que se pudo establecer específicamente y rápidamente todos los movimientos a llevar a cabo. Además, “hubo un gran trabajo de coordinación del Ministerio Público para poder desarticular raudamente todo esto”.
Evaluó que, lógicamente, el resultado de la investigación y de los allanamientos fue “altamente positivo”, ya sea para la comercialización de drogas como para la estafa que se logró descubrir.
Asimismo, contó que la policía involucrada tenía una relación de parentesco con la persona que estaba privada de su libertad y que era quien se encargaba de distribuir y recoger los envíos de droga. De todas maneras, aseguró que ya se encuentra detenida.
“Esto se va a profundizar. Nosotros al desarticular lo que hacemos es establecer las vinculaciones correspondientes, buscar más elementos y luego ver si hay más personas para imputar”, expuso el fiscal.
Ocho de las once personas detenidas son mujeres, de las cuales la gran mayoría tienen entre 21 y 23 años, de modo que Molinero consideró que “ahí se da una situación de vulnerabilidad importante”, teniendo en cuenta que el recluso hostigaba constantemente al resto de la banda: “Y eran personas que también se encontraban con necesidades económicas. Obviamente nosotros establecimos las relaciones e imputamos y detuvimos a quienes correspondía. Pero son chicas muy jóvenes: salvo una, después están entre los 21 y 23 años”.
En las declaraciones que se tomaron este domingo, asesoradas por sus abogados, ninguna de ellas quiso hablar, de modo que ahora se deberá resolver la situación procesal de cada una. “Seguramente en algunos casos pueden llegar a ser prisioneras domiciliaras ya que muchas de estas chicas tienen hijos muy pequeños y, obviamente, es por una cuestión más humanitaria”, informó.
Estafas telefónicas desde la cárcel
El sujeto que se encontraba preso en el penal de Alvear manejaba toda la banda a través de comunicaciones telefónicas y mediante diferentes vínculos que tenía con el afuera. A partir de ello, coordinaba todos los movimientos, dictaminaba hacia dónde debía ir la droga, quién debía entregarla y quién tenía que encargarse de recolectar el dinero.
No obstante, la actuación de la banda no se quedaba solo en la comercialización de estupefacientes, sino que “la modalidad era interesante”: además de ello, realizaban estafas para conseguir dinero.
“Otorgaba créditos inmediatos a diferentes personas de toda la Provincia. Se comunicaba por Facebook, le dejaban el teléfono y él los llamaba. Luego les decía que les podía dar un crédito y la gente, en el marco de situaciones de vulnerabilidad económica, hacía un depósito con un seguro que él les decía que tenían que pagar en razón del crédito que les iba a otorgar”, refirió Molinero.
Añadió que, obviamente, el seguro no era un monto muy alto pero que le permitía al preso recolectar dinero para financiar la venta de droga. “Todo eso lo hacía desde dentro de la cárcel”, indicó.
El uso de los celulares dentro de los Servicios Penitenciarios es muy común hoy en día, lo cual lógicamente no debería ocurrir. No obstante, el fiscal evaluó que “no podría suceder si no existiera la responsabilidad de alguna persona del penal. Y más en este caso, donde este sujeto se manejaba desde adentro con una libertad absoluta, comunicándose abiertamente con distintas personas”.
Fuente: Eco Tandil
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