17/3/20

“Si el coronavirus entra a cualquier cárcel  del país la situación va a ser imparable”

Los presos de las cárceles argentinas están en estado de alerta      por el flagelo global del coronavirus. Temen que el contagio del Covid-19 llegue tras los muros cuando se aproxime el invierno argentino.
La superpoblación de varios establecimientos y el derruido sistema          sanitario penitenciario puede ser un factor funcional a la propagación de          un virus que ya mató a más de 5000 personas en todo el mundo.
La información de los motines en las penitenciarías italianas que dejaron            6 muertos también activó las alarmas en las autoridades nacionales y provinciales. No quieren que se repita una situación similar en nuestro          país.
Esta semana, se limitaron los ingresos de visitas y personal judicial con síntomas gripales en las cárceles que dependen del Servicio Penitenciario Bonaerense. La misma medida se tomó en los establecimientos        dependientes del Servicio Federal. La decisión generó malestar entre los reclusos que reclaman mejor infraestructura sanitaria. No quieren quedar        más aislados de lo que están. La respuesta oficial no se hizo esperar.
En concordancia con las disposiciones del Ministerio de Salud Nacional,          las autoridades carcelarias bonaerenses sumaron 50 mil unidades de          jabón blanco para el lavado de manos y ropa; 40 mil barbijos; 40 mil            cajas de ibuprofeno; alcohol en gel para los pasillos, comedores y            lugares de ingreso. También 120 termómetros infrarrojos similares a los utilizados en los aeropuertos.
Para los presos no es una medida suficiente e insisten con que la superpoblación carcelaria puede ser peligrosa para un contexto      desfavorable.
Entendemos que se tienen que tomar medidas para terminar con la          cantidad de internos hacinados en los pabellones. Queremos seguir        teniendo visitas y poder recibir a nuestras familias. Entendemos lo del coronavirus, pero acá no nos dan alcohol en gel, no tenemos remedios                y cuando venga el invierno esto va a ser un desastre”, contó Juan José (nombre que usó al ser consultado) detenido en la Unidad 9 de La Plata      desde hace más de tres años por robo a mano armada.
Esa cárcel es una de las que tiene mayor sobrepoblación de internos.              Allí comenzó una huelga de hambre pacífica a fin de 2019. Quizás por              eso las autoridades pusieron el foco en este lugar antes de que sea      demasiado tarde.
Actualmente hay 46 mil detenidos en las 57 cárceles bonaerenses, una población que excede la capacidad de los penales, estimada en 21 mil lugares por la Comisión Provincial por la Memoria, aunque desde el          Servicio Penitenciario reconocieron un número mayor de plazas: 28 mil.
De acuerdo a cómo se tome la capacidad mencionada por las dos              fuentes la situación es preocupante: hay entre un 65% y un 120% de        reclusos hacinados.
Mientras tanto, el procurador Julio Conte Grand analiza la posibilidad de solicitar arrestos domiciliarios para los mayores de 65 años que estén        presos. “Vamos a analizar que la decisión sea procesalmente posible y              es un tema que debemos evaluar junto a los defensores, jueces y            fiscales”, revelaron desde la procuración bonaerense. La cantidad de          casos en estudio son 644, apenas el 1.25% del total de la población        carcelaria.
Tanto en el gobierno nacional como en el bonaerense saben que la            medida es polémica y que podría generar descontento social, pero si                  el virus llega tras los muros van a optar por proteger a los presos en            riesgo, y sobre todo impedir motines violentos.
Fuente: A24

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