Néstor fue el Presidente “después del derrumbe”, por eso su gestión desde      el primer momento estuvo condicionada. Aún así, en ese contexto sus    acciones de gobierno y su modo de hacer política le permitieron ganar      terreno, todo el tiempo.

Quizá por eso recibió el adiós emocionado de cientos de miles de almas          que expresaron a muchísimas otras que no podían estar físicamente,      envuelto en ese fervor popular como el que en su momento rodeó a              Perón y Evita.

Esa comunión entre la calle y la Rosada que se materializó cuando partió            no fue casual. Que se diera entre los humildes, las Madres, las Abuelas,            los trovadores, los artistas, comunidades diversas y entre muchos otros y sobre todo, jóvenes que habían recuperado la pasión por militar;            demuestra el resultado de una gestión que aplicó en la práctica lo que                era su premisa: “Nunca voy a tomar una medida antigente”.

Se hizo querer porque gobernó distinto, satisfizo necesidades y cambió el escenario definitivamente. Como definiera Mario Wainfeld, fue “Kirchner,            el tipo que supo”.
Sin marketing, con hechos palpables, concretos, que quedaron para          siempre como marca indeleble.

BLOQUE DE CONCEJALES DEL FRENTE DE TODOS DE GENERAL          ALVEAR