8/10/20

 Centenario de la Escuela de “La Morocha” (1920-2020)

Por Lis Solé.

La Escuela Provincial N° 25 del Paraje “La Morocha” cumple 100 años y, la    vida y subsistencia de la escuela es muy importante para General Alvear porque refleja la incidencia de lo rural en los inicios del pueblo.

La escuela nació como Escuela Nacional N° 166 creada el 23 de marzo de     1920 y trasladada General Alvear por gestiones del entonces diputado          José Martiniano Villaverde. Cuando se cumplieron los 75 años en el año        1995, por razones de organización y por ser días más largos y lindos, el aniversario se hizo en octubre pero el 23 de marzo es su cumpleaños.

En época de estancias y parajes rurales muy poblados, la Escuela funcionó      en la antigua estancia de Juan Sabaté, casado con Catalina La Cruz. En esa época, toda la zona era propiedad de Sabaté que actualmente pertenecen            a la familia Mena, Chiappe o Alliaga entre otros y que lindaban con los      campos de Mena, Umaran y Jorge Rowe.

UNA CONSTRUCCIÓN INCREIBLE DE PAJA QUINCHADA

La fotografía de Emilio Cancela muestra una construcción que no parece lugareña. Una larga escuela de barro con puertas y postigos de madera en    cuyo frente se han sacado cuatro fotos impresionantes: una con padres y alumnos, la segunda con todos los alumnos y otras dos donde se            observan a los varones y las mujeres por separado con la señorita María   Esther Estela.

La Srta. Estela ejerció sus funciones desde 1920 a 1923 con una matrícula      que fluctuó de los 25 a los 39 alumnos siendo reemplazada desde 1923 a      1934 por la Sra. María Godoy de Domínguez.

El techo quinchado es impecable y en el frente sobre un palo se encuentra        el mástil donde se observa el escudo donde se lee: “Escuela Nacional N°        116”, actual Escuela Provincial N° 25 “Territorio Nacional de Tierra del        Fuego” conocida actualmente como “la Escuela del Paraje La Morocha”.

Esa escuela se encontraba en los actuales campos de Martha Alliaga,          donde Martha cuenta que antes aparecían vidrios, cerca de unos arbolitos secos que se ven desde la ruta, en la porción de campo que quedó entre la    ruta vieja de tierra que iba al Parche y la ruta nueva N° 61 asfaltada que            pasa derecho hacia donde se encuentra la actual escuela, muy cerca del boliche “El Sauce “de “Perico” Ruiz.

Los registros desaparecidos contaban que el edificio de pisos de tierra apisonada estaba en buenas condiciones hasta que en el año 1928, “un        ciclón tira el salón”, arreglado y “considerado bueno” hasta 1934. En el          año 1935 un visitador enviado por el Consejo de Educación declara que la escuela está “en estado deplorable de conservación y no merece ni remotamente el calificativo de casa” y en el año 1837, otro informe declara      que “el local no puede ser peor”. A pesar de las malas condiciones edilicias,      las clases continúa con una matrícula de 75 niños ya que el paraje estaba      muy poblado por personal de las estancias vecinas e inquilinos.

Para esa época, ya no existía el rancho de la foto y la escuela a la que se refieren los visitadores era un galpón de chapas, construido por el        vecindario en campos de Sabaté y por el que el Consejo Nacional de      Escuelas pagaba 80$ mensuales de alquiler.

LA ESCUELA SE TRASLADA A LA ESTANCIA DE CHIAPPE

En el año 1938 y viendo el estado lamentable de la escuela, el Sr. Chiappe        de la estancia “La Morocha” cede un edificio en forma gratuita por dos          años, un lugar “relativamente cómodo”, reconocido el año 41 como “un        local pobre de aspecto triste y descuidado”, “poco satisfactorio y          peligroso para salud del niño y del maestro” por su “mal estado de conservación”[i].

En el Cuaderno del Historial de la Escuela figura la trascripción de un Acta donde se aclara que “se acepta del Sr. Chiappe la cesión gratuita del lugar        que ahora ocupa por dos años en 1938 y llegamos a 1949 en las mismas condiciones” aclarando que “durante ese tiempo el Consejo no ha hecho          la mínima reparación, ni el blanqueo siquiera”.

El maestro Jorge Gortari escribe que en 1944 solicitó “permiso para        construir el edificio para escuela en el lote que le pertenece al Consejo por donación del vecindario pero este propósito (que tengo la seguridad de    haberlo podido llevar a cabo dice el maestro), fue “suspendido porque el edificio de la N° 166 figuraba en un plan de construcciones”.

El maestro continúa diciendo: “En síntesis, en ambos informes escritos y fotográficos” muestran “una escuela que está muy lejos de ser lo que          pudo ser” con “un vecindario descreído y una ocasión magnífica para corresponder a las lejanas esperanzas de este núcleo de vecinos”.

En esa época, 1945, la escuela contaba con una matrícula de 27 alumnos atendidos por el maestro Gortari (desde 1944 a 1949) que había        reemplazado a Herminda Vindé, maestra durante 10 años desde 1934                    a 1944.

LA LLEGADA DE JUAN GERÓNIMO OTONELLO

A pesar de todos los reclamos e informes, la escuela sigue funcionando      desde 1943 a 1966 en un “local en pésimo estado, peligroso para la        integridad física de niños y maestros”.

En Junio de 1948, se hace cargo de la dirección en forma interina el Sr.          Juan Gerónimo Otonello y en 1954, se crea el cargo de maestra, ocupado          por la Sra. Nydia Piñero de Otonello dando lugar a una larga trayectoria    docente que cambió en nombre de la “Escuela de La Morocha” por el        nombre de “Los Otonello”, maestros queridos y recordados por todo el vecindario.

La escuela de Otonello fue reconocida en todo el Distrito no sólo por su        nivel académico sino también por sus actividades complementarias que convocaban a toda la comunidad. El maestro Otonello, siempre de saco,    camisa y corbata, tenía una hermosa quinta de verduras que los alumnos atendían fuera del horario escolar con su acompañamiento constante,            tarea que se mantenía durante las vacaciones con visitas día por medio    durante dos horas para continuar la labor y no perder los cultivos durante          el receso escolar. Esas verduras eran obsequiadas al Hospital Municipal            de General Alvear y el resto, vendidas al vecindario con factura a nombre            de “Verdulería: Dios, Patria y Hogar” atendida por sus dueños, los alumnos       de la Escuela N° 166.

LA MAESTRA CRISTINA PUGNI EN LA CONSTRUCCIÓN ACTUAL

La escuela continúa en la estancia de Chiappe hasta el 14 de mayo de 1967, fecha en la que se termina la construcción actual en una parcela donada          por la familia Cirio de la estancia “Los Mellizos”, un terreno situado enfrente    de la estancia[ii].

Hacia allí se trasladan los maestros Otonello con sus 30 alumnos hasta que      se acogen a la jubilación y son reemplazados por la maestra Cristina Pugni    que continúa a cargo de la Escuela por 32 largos años, desde octubre de          1978 hasta marzo de 2010.

Cristina Pugni vivía en Valdés, se muda a San Enrique con su marido y      cuando se jubilan Juan y Nydia Otonello, toma el cargo. San Enrique se encuentra a sólo 18 kilómetros de la escuela pero los caminos siempre      fueron espantosos y con inundaciones constantes provocadas por los desbordes del arroyo Vallimanca, obligando a pasar a caballo o en tractor      para que no se suspendiera ni una sola clase.

La “famosa Directiva 16 que titularizaba el cargo”, fue la que decide a      Cristina que llega con dudas a la escuela pero en la que continúa hasta el          fin de la carrera, atrapada por “la dulzura del vecindario, la gente del lugar buenísima: me enamoré de la gente buena de General Alvear en épocas          que ahora parecen casi imposibles”.

ESCUELA DEL PARAJE LA MOROCHA

El historial de la Escuela, escueto porque se ha perdido la información      original, habla de un Consejo o un Ministerio de Educación ausentes, que abandonaron siempre su responsabilidad en cuanto al cuidado y provisión        de los imprescindible para continuar la labor docente en una escuela          perdida entre los arenales y que continuó en pie, por la constante presencia    del vecindario que ls acompañó durante toda su vida.

En un cuadernito viejo y valioso se enumera la compra y colocación de    puertas, ventanas, cerramientos, garrafones o cocinas, alambres, palos, alambrado perimetral, pinturas y las más simples necesidades donadas o compradas con rifas organizadas por padres y docentes. Lamentablemente,      el 9 de Mayo de 1980, por Resolución N º 000092, impone el nombre de “Territorio Nacional de Tierra del Fuego” a la Escuela N º 25 obviando el    nombre que se había ganado por su permanencia estoica en el paraje.

“Escuela N °25 de La Morocha”. Las arenas de los médanos del paraje y las aguas del Vallimanca son testigos mudos de miles de páginas de vida   grabadas a fuego en el corazón rural del pueblo alvearense.

[i]Actas de la visita de un Inspector y que consta en el “Cuadernito del Historial”.

[ii] La escuela pasa a la Provincia de Buenos Aires con el N° 25 en el año      1970.

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