La importancia de formar talento humano
Prof. Silvia Cappelletti
Pte. Del HCD de General Alvear
En el docu-reality Mil manos por Argentina una voz en off presenta a su protagonista: “Gino Tubaro es inventor. Un día, decidió que quería cambiar el mundo”. Con sólo 24 años, Tubaro se especializó en la impresión 3D de extremidades prostéticas. Las prótesis, construidas en PLA, un material derivado del maíz, ecológico y biodegradable, tienen un ensamblado y diseño sencillo con la idea de que cualquier persona con una sola mano pueda manipularlas sin problemas.
La experiencia de éste joven demuestra la importancia de la Educación Técnica para el país, la provincia y la ciudad, por eso al verlo, no puede dejar de pensar la importancia de la gestión de gobierno de Alejandro Celillo que supo ver en ellas el futuro del desarrollo de nuestra ciudad impulsando la creación de no una, sino de dos escuelas de formación técnica, la Escuela de Educación Agraria N° 1 “Haydee Vega de Rozzi” y la Escuela de Educación Técnica N° 1.
En tiempos digitales el talento humano es el insumo más valioso de las organizaciones, pero… ¿cómo formarlo?
Productividad, competitividad y capacidad emprendedora son pilares de toda economía de sólido crecimiento y la compleja situación argentina necesita poner a la formación profesional en el centro de la reactivación económica. Formar jóvenes para poder hacer frente a los desafíos del presente y del futuro: suena lógico, parece obvio, pero solo parece, ya que la creciente escasez de competencias técnicas en la población económicamente activa del país compromete el desempeño de un actor central de la economía argentina: las PyMES.
De hecho, más del 75% de ellas afirma tener dificultades medias y altas para reclutar técnicos; cifra particularmente sensible para la economía argentina en su conjunto, ya que estas generan 7 de cada 10 puestos de trabajo locales. Se trata sin dudas de una situación sumamente compleja por estar frente a una escasez de personal técnico calificado en un contexto de recesión. Una economía que crece, es una economía activa, es decir: que produce nuevas empresas que a su vez, generan puestos de trabajo. En este sentido, la escasez de competencias (conocimientos y habilidades) de la población va en la dirección contraria, porque si partimos de la premisa de que los jóvenes formados y con posibilidad de adquirir experiencia laboral serán los futuros emprendedores la escasez de competencias limita la creación de pequeños y medianos emprendimientos. En este sentido, aún cuando Argentina no muestra grandes desventajas en materia de competencias y conocimientos adquiridos en los niveles generales de educación formal, se vuelve necesario ampliar el otro aspecto de la formación: el “saber hacer” que se obtiene en el mundo laboral.
Detectada la problemática, nos preguntamos: ¿hay solución? Para reducir el impacto negativo de la escasez de técnicos sobre la productividad y la capacidad emprendedora necesitamos consolidar una modalidad de formación que combine teoría y práctica que pueda responder a las demandas del sector privado.
Esta combinación entre teoría y práctica genera un ciclo de aprendizaje virtuoso en el joven profesional que le permite contrastar lo aprendido en los bloques teóricos con la práctica profesional y viceversa, consolidando una modalidad de formación integrada. Afortunadamente, contamos con dos escuelas de Formación Técnica, una de ellas, la de orientación agraria, tendrá este año sus primeros egresados y en pocos años contribuirá con profesionales al desarrollo productivo y tecnológico generando trabajo genuino que descomprima económicamente al Estado, y que, será la llave que permita la inclusión y el ascenso social de nuestros jóvenes, pero para eso, necesitamos fomentar el emplazamiento de PyMES, disminuir la precarización laboral y crear un sentido de arraigo y pertenencia mayor a nuestra ciudad.
En este marco de transición del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) al Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO) que bajo protocolos sanitarios permite la mayoría de las actividades económicas y sociales y con una posible vacuna contra el COVID-19 en el horizonte, comenzar a poner en marcha los círculos virtuosos que permitan la reactivación económica post-pandemia es una tarea urgente en la que tenemos que comenzar a trabajar con determinación y decisión política.
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