19/7/21

 Reducción de la jornada laboral, un debate que empieza a tomar impulso en la      Argentina

El planteo viene resonando desde distintos sectores del        oficialismo. Hugo Yasky presentó un proyecto el año pasado,          que gana adeptos.

La pandemia intensificó el debate respecto de los modelos laborales y, a      partir de algunas experiencias que se presentan como exitosas en algunas partes del mundo, la Argentina busca no quedarse afuera de la discusión respecto a una posible reducción de la jornada laboral.

En la nuestro país, por la ley 11.544, la jornada laboral legal máxima es de          48 horas semanales, una de las más altas a nivel mundial. Mientras que la jornada laboral efectiva ronda entre las 38 y las 40 horas.

En los últimos días, el senador Mariano Recarde fue uno de los principales impulsores del debate y citó varios experimentos que se vienen dando en distintas partes del mundo respecto a esta iniciativa. “Trabajar 4 días no es menos trabajo. Es repartir mejor el empleo. Es aumentar la productividad.          Es disminuir los accidentes de trabajo. Y es el futuro”, dijo el legislador.

Asimismo, el año pasado, el diputado Hugo Yasky –uno de los 12        legisladores nacionales de origen sindical que habita la Cámara baja–      presentó un proyecto que busca la reducción de la jornada laboral legal            de 48 a 40 horas semanales.

“El objetivo del proyecto es reducir la carga de horas semanales para que      más trabajadores que están en la informalidad sean contratados y pasen            a la esfera formal”, argumentaba en aquel entonces Yasky, de la CTA de            los Trabajadores.

El Grupo 25 de Mayo, que integran Yasky y la diputada Fernanda Vallejos      entre otros dirigentes oficialistas, también viene intentando instalar el      debate. En su última proclama, del 9 de julio pasado, propone “reducir la jornada laboral conforme con los objetivos de alcanzar el pleno empleo,            el crecimiento de la masa salarial y la necesidad de que los trabajadores y trabajadoras no vivan para trabajar sino que trabajen para vivir,          disponiendo del tiempo y los recursos suficientes para disfrutar de los    afectos, el arte, la reflexión, el estudio o la cultura, mejorando la      productividad de la sociedad”.

Al tema también se refirió días atrás la ministra de Trabajo, Mara Ruiz          Malec, consultada en una entrevista radial por AM 750: “Nosotros            tenemos una de las jornadas legales más extensas en el continente y probablemente en el mundo occidental, que incluso está considerada          como sobretrabajo. Creo que hay una posibilidad de empezar a discutir          una reducción. Realmente se trabaja muchas horas y no siempre eso        redunda en mayor productividad”, dijo.

Las experiencias en el mundo

Días atrás se conocieron las conclusiones de un estudio realizado en        Islandia durante cuatro años, entre 2015 y 2019, que reveló que trabajar      menos horas por el mismo salario mejora el bienestar de los trabajadores,      sin que se produzca una merma en la productividad.

Durante esos cuatro años, unos 2.500 empleados del sector público participaron en dos grandes ensayos, trabajando entre 35 y 36 horas    semanales de las 40 que eran habituales, sin reducción en sus salarios.

De los ensayos surge que el bienestar de los trabajadores aumentaba “drásticamente” en una serie de indicadores, desde el estrés percibido               y el agotamiento, hasta la salud y el equilibrio entre la vida laboral y la personal.

Pero la idea de reducir la jornada laboral también se discute en otros          países. El gabinete del primer ministro japonés Yoshihide Suga está promoviendo una semana laboral de cuatro días: el punto principal de la propuesta es que las autoridades esperan que un día libre adicional cada semana anime a la gente a salir y gastar, impulsando así la economía.

En España el debate ya comenzó. “Con la semana laboral de cuatro días            (32 horas), nos lanzamos al verdadero debate de nuestro tiempo”,              escribió en Twitter Iñigo Errejón, referente de Más País. A comienzos de          año, el presidente español Pedro Sánchez anunció un ambicioso plan para establecer la semana laboral de cuatro días y destinar 50 millones de            euros a empresas en su adaptación a este nuevo modelo, pero la euforia      inicial comenzó a disiparse frente a algunas críticas.

Asimismo, la región también cuenta con propuestas legislativas en ese    sentido. En Chile se impulsó el debate y Colombia avanza en un camino parecido. En este último país, la iniciativa plantea que la reducción sea    gradual, es decir, cada año se bajarán 2 horas de la jornada actual, desde      2023 y hasta 2026, hasta llegar a las 42 que prevé la ley. (DIB) MCH

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