Efectos de la interna de Juntos: el radicalismo hizo un gran negocio
Dar el Paso perdió con la lista del Pro, pero colmó las expectativas. Además ganó en cuatro de las ocho secciones y colocará más legisladores que si hubiese consensuado una unidad previa a las PASO. Además discuten otra composición de la lista nacional
Una interna que sorprendió por el nivel de participación en medio de la pandemia, nuevas autoridades provinciales con un Comité renovado con la presidencia de Maximiliano Abad, y la irrupción de Facundo Manes como figura electoral fueron tres importantes noticias que el centenario partido se dio el lujo de tener este año, como hace mucho tiempo no sucedía. La decisión de competir en internas contra la megaestructura del Pro también salió bien a pesar de que Diego Santilli se impuso a Manes en la puja por encabezar la lista de diputados nacionales. La lista radical, que se nutrió además de dirigentes como Joaquín De la Torre, Emilio Monzó y Margarita Stolbizer, logró que tanto a nivel nacional como provincial varios dirigentes boina blanca tengan prácticamente asegurado el ingreso al Congreso y la Legislatura. El radicalismo pone en juego este año tres bancas en la Cámara de Diputados de la Nación, y de la manera que quedó conformada la boleta final para noviembre retendría esos tres bancas. Incluso, con los resultados del domingo quedaría en el borde de entrar una más. Además de Manes, que será el tercero detrás de Santilli y Graciela Ocaña, la UCR se queda con el sexto casillero para Danya Tavela y el decimoquinto (hasta ahora entran 16) para Fabio Quetglas, que renovaría su escaño. En el lugar 18 está Elsa Esther Llenderrozas. Pero no todo termina ahí, el radicalismo discute la composición final de la lista de diputados nacionales, debido a quie hasta ahora según el recuento provisorio la lista encabezada por Manes sacó el 39,81% de los votos de la interna, pero si supera el 40 la integración final de la nómina es dos y dos, es decir que Manes y Tavela estarían en los casilleros 3 y 4; Monzó y Stolbizer en el 7 y 8; Quetglas y Llanderrozas en el 11 y 12 y Jesús Cariglio y Josefina Mendoza en el 15 y 16, es decir que la UCR tendría dos más y el Peronismo Republicano uno. En cuanto a la Legislatura, la lista de Dar el Paso ganó en cuatro secciones electorales (Cuarta, Quinta, Sexta y Séptima) y la del Pro en las otras cuatro (Primera, Segunda, Tercera y Octava). Si los resultados del domingo se replicaran en las generales de noviembre, Juntos metería 39 legisladores, de los cuales 18 son de Dar el Paso. De ellos, 13 pertenecen al radicalismo (que pone en juego 9), 2 responden a Monzó (recuperaría los 2 que vencen mandato), 2 a Margarita Stolbizer (todo ganancia) y una al Peronismo Federal de De la Torre. De haber consensuado una listad e unidad antes de las PASO difícilmente la UCR hubiera podido quedarse con 3 lugares a entrar para el Congreso, por la cantidad de espacios que debían ser contenido, y mucho menos hubiera logrado esa posibilidad de representación en la Legislatura. Los antecedentes son claros: en las listas monopolizadas por el Pro en elecciones anteriores los radicales tuvieron menos posibilidades. De los 15 escaños que la oposición obtendría en el Senado, 8 son de Dar el Paso: 5 del radicalismo (los mismos que pone en juego), y uno de Monzó (le vencía uno), uno del GEN y otro del Peronismo Republicano. La UCR como partido pierde la banca que tiene hasta diciembre por la Primera sección, pero el espacio la retiene con el aliado De la Torre. En tanto, por la Cuarta, el radicalismo recupera los dos escaños que pone en juego con el ingreso de Erica Revilla y la renovación de Agustín Máspoli, mientras que el monzoísmo retiene el lugar que hasta ahora tiene Ana Laura Geloso y que desde diciembre ocupará Marcelo Daletto. Por la Quinta sección, la UCR arriesgaba uno y ahora tendría dos: Ariel Martínez Bordaisco y Flavia Delmonte, que renueva. Mientras que por la Séptima, el radical Alejandro Cellillo retendrá su silla en el Senado, y el GEN volverá a la Cámara alta de la mano de la dirigente azuleña Lorena Mandagarán. En cuanto a la Cámara de Diputados bonaerense, de los 24 legisladores que colaría Juntos -siempre y cuando se repitan en noviembre los resultados de septiembre-, 10 son de Dar el Paso: 8 de la UCR (arriesga 4), uno del monzoísmo (retiene la banca que tiene) y uno del GEN. Pese a que en la Segunda sección en la interna se impuso la lista Pro, Dar el Paso superó el 40% de los votos que fueron al total de la coalición y la lista final quedó prácticamente compartida. Teniendo en cuenta que hasta diciembre el radicalismo tiene una sola banca por esa región, es muy buena la cosecha de este año, ya que que colocaría a Claudio Rossi, Viviana Dirrolli y Julio Pasqualin en la Cámara baja. Si se tiene en cuenta que Fernando Pérez (quien vence mandato) dejó el bloque oficialista para irse a Cambio Federal, se podría decir que la UCR no arriesgaba bancas en la Tercera. Y pese a ser la única sección donde ganó el Frente de Todos y además en la interna de Juntos triunfó la nómina del Pro, es gratificante para el radicalismo la posibilidad de tener desde diciembre dos representantes de la zona sur del Conurbano en Diputados: Pablo Domenichini y Nazarena Mesías. En la Sexta, el radicalismo retendría los escaños de Anahí Bilbao y Emiliano Balbín. Y desde la boleta de Dar el Paso también llegará a la Cámara baja el primero de la lista, Lorenzo Natali, acercado por Emilio Monzó, quien de esta manera sostiene la banca que se le vence a Guillermo Bardón en la Octava. Además, por la Sexta arribaría a la Legislatura Natalia Dziakowski, del espacio de Stolbizer, que de esta forma tendrá un representante en cada recinto. Por último, en la Octava el radicalismo arriesga una banca y la retendría con elingreso de Claudio Frangul, quien pese a perder la interna con Fabián Perechodnik se ganó el derecho al tercer escalón de la boleta seccional. De esta forma, está claro que la Unión Cívica Radical no solo se fortaleció con el arribo de Manes, un permanente potencial candidato, sino que también ganará músculo y fortaleza dentro de la Legislatura provincial. Uno de los objetivos era discutir de igual a igual con el Pro y eso ya es una realidad, porque cada vez menos los amarillos pueden prescindir de sus principales aliados. Claro que, a la inversa la ecuación es absolutamente igual: el radicalismo no está en condiciones todavía de cortarse solo. Más que nunca, divididos pierden los dos. |
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