Conmovedora carta de Malvina Soledad, la Hija del querido José Luis Cabrera, «Flaco»
Tengo 22 años, no viví en la época de los hechos, pero este es el modo en que veo y vivo las secuelas de una guerra.«Elegi esa foto porque quería que vieran a mi Papá y sus compañeros yendo a la guerra»
Hoy es un 2 de abril diferente, cada uno tiene que permanecer en su casa debido al virus que afecta a todo el mundo. Es por eso que me pareció importante que desde sus hogares, todos tengan acceso a la historia de mi papá, José Luís Cabrera (principalmente de él, por el hecho de que es mi papá y por esa razón tengo mayor conocimiento sobre su historia en particular).
He visto en redes sociales dos bandos opuestos respecto a el suceso que conmovió al país en el año de 1982, por un lado la gente que festeja el accionar de los militares en época de dictadura y acompaña las imágenes de Videla con palabras tales como "hace falta mano dura". Y por el otro, de gente que entiende la guerra como innecesaria y sostiene que los soldados de Malvinas no son héroes sino víctimas.
Al margen de todo eso, sí creo que los soldados de Malvinas fueron victimas del estado de ese entonces, fueron victimas de las decisiones de un "señor" repulsivo, es fácil dar una orden desde un escritorio para mandar a pibes de 18 años a la guerra. Pero por otro lado, veo a esos jóvenes, a su vez, como héroes, un héroe es una persona que se distingue por haber realizado una hazaña extraordinaria, especialmente si requiere mucho valor. Con solo mencionar la valentía de Oscar Ismael Poltronieri que es de público conocimiento, o la fuerza admirable del sargento Ojeda del cual mi papá me contó la historia de como minutos después de volarse una pierna, guió a la compañía de regreso porque era el único que sabía cómo volver. A pesar de ser muy jóvenes, quienes lucharon en Malvinas, tuvieron una valentía asombrosa que fue admirada no solo a nivel nacional.
Me parece mas llevadero y práctico plasmar los sucesos desde la estructura de Campbell sobre el recorrido de los héroes, iniciando desde el punto de partida, donde todo comienza; hasta que el héroe regresa pero ya no es el mismo, sino que ha cambiado debido a los conocimientos adquiridos en su viaje.
1. MUNDO ORDINARIO: Todo inicia cuando el héroe se encuentra en su vida cotidiana, en su hogar. Mi papá proviene de una familia pobre, el más chico de 8 hermanos, de la ciudad de Pilar. Cuando su papá muere, él con solo 8 años se va a vivir a Olavarría con un tío y tiempo después se muda a General Alvear con su abuela.
2. LLAMADO A LA AVENTURA: Época de dictadura, quienes están en el poder ya no saben como mantener el apoyo de la gente por lo tanto, toman la decisión de recuperar suelo usurpado. La misma, es fuertemente celebrada por el pueblo argentino. Son convocados a la guerra jóvenes de 18 y 19 años.
3.RECHAZO A LA LLAMADA: (Si no me equivoco) Se hacía una especie de sorteo. En Alvear hay dos personas llamadas José Luis Cabrera, que tienen la misma edad y su número de documento cambia solo en los últimos dígitos, ese día mi papá se quedó tranquilo porque creyó que el no debía ir a la guerra. Tiempo después se enteró que el número de documentación no era el correcto y en definitiva, debía ir.
4. ENCUENTRO CON EL MENTOR: Es importante aclarar que mi papá tuvo la formación necesaria para ir a la guerra. Hizo su instrucción en el CIFIM (Pereyra Iraola) en La Plata.
Hago un paréntesis acá para citar una conversación que registré entre mi papá y sus compañeros en una de las cenas que realizan a modo de reunión, recordando esos tiempos: "para el grupo sanguíneo te cortaban con una gillette y la inyección piramidal se colocaban con la misma aguja" "nos bajaban a patadas del tren" "Allí sostenían que el hombre tiene que sufrir para ser hombre y eso no es así".
5. CRUZANDO EL UMBRAL: El día 4 de abril de 1982 mi papá y sus compañeros salieron desde Bahía Blanca hacia Río Grande, allí los retuvieron un día, para al día siguiente, darles aviso de que partían para Malvinas, en un avión sin asientos y sin poder despedirse de su familia.
6. PRUEBAS, ALIADOS Y ENEMIGOS: Los aliados, Olavarría, Sisterna y todos los demás compañeros de mi papá que hasta hoy día formaron y formarán una parte crucial en su vida.
Por otro lado, ¿realmente los enemigos eran ingleses? Cada vez que tengo la ocasión de preguntarle a mi papá me responde que ellos no fueron malos con él, que hasta le hicieron huevos fritos con papas fritas.
Mientras que estando en combate debía servirse de una ración militar que no bastaba. En la misma charla que cité antes, llegaron a plantear que "El agua de los charcos estaba contaminada, y la tomábamos igual, los británicos se llevaron 3 barcos cargados de agua dulce, un aguacero de Canadá, uno alquilado Ruso y otro de ellos. Todos nosotros tomábamos agua de charco y eso derivó a futuros problemas de dentadura".
Las PRUEBAS: mi papá sufrió la pérdida de tres de sus compañeros y amigos: Ordoñez, Sisterna y Olavarría, este último muriendo en el lugar de mi papá. (De hecho, desde 2014, el jardín de infantes n°3 de San Carlos de Bariloche lleva el nombre de Víctor Olavarria, único veterano de la ciudad, muerto en combate. Papá junto con su compañeros fueron a dicho acto de reconocimiento).
7.ACERCAMIENTO: Los medios de comunicación le mienten al pueblo argentino sobre un próximo triunfo, le piden a la gente que lleve ropa, comida y objetos varios para los soldados. Los hermanos de mi papá sostienen que ellos enviaron 7 encomiendas, a él le llegaron solo 3 abiertas y revisadas previamente.
8. LA GRAN PRUEBA: Además de haber perdido a sus amigos, es tomado de rehén por el grupo contrario. "Cuando nos tomaron prisioneros debíamos dejar el arma y el casco, muchos de mis compañeros rompían el arma para que no las puedan volver a usar, después de seis días aproximadamente, cuando el lado argentino se rindió y volvíamos al continente, vi que un inglés nos estaba custodiando con mi fusil, nuestras armas llevaban numeración en la parte de abajo".
A continuación, cito uno de los testimonios de un amigo de papá:
- La noche del último enfrentamiento fue desde las 9 de la noche hasta que estaba amaneciendo. Tratábamos que no nos agarre artillería, tanto la argentina como la inglesa porque no se distinguía. El doce fue un día terrible de bombardeo, de todo, no solo naval. En cambio el trece tuvimos descanso total, todo nevado, no parecía que estuviéramos en guerra y nos dolían los oídos de no sentir ruido".
8.RECOMPENSA: Desde mi punto de vista, el principal objetivo, lo único en lo que pensaban en ese momento, no era ganar la guerra, sino volver a casa para estar con sus seres queridos.
Para ese entonces ya no existía el miedo a la muerte. "Todos nos acostumbramos, yo me acuerdo que estaba en la trinchera, suena alerta roja y le digo a mi compañero -Luis, metete adentro- y él estaba haciendo papas fritas adentro del casco y me dice -dejame de joder estoy haciendo papas fritas- ya no nos importaba nada. Parecía que nos caían ahí al lado y era como a 50 metros.
9.EL CAMINO DE VUELTA: En una reunión papá soltó una anécdota que no había escuchado antes"Cuando llegamos al continente, yo me senté en las duchas sin bañarme y pasaba barro de los demás que se bañaban, me miré a espejo y parecía salido de un campo de concentración. Recién cuando puse pie en Ushuaia me quedé tranquilo, durante el viaje sentía que nos iban a bombardear de nuevo" de todos los días que estuvo en combate, solo encontró la oportunidad de bañarse dos veces.
Al llegar a Puerto Belgrano, tenían que presentar todo el equipo de conscripto, desde los borceguí hasta la taza para el té, al estar prisionero perdió todas sus pertenencias y tuvo que recurrir a presentar la ropa de su compañero muerto en batalla. Fueron retenidos en Bahía Blanca, 10 días sin comunicación porque argumentaban que tenían que hacerles certificados y documentación nueva, además de propiciarles violencia psicológica, ya que les decían que era peligroso porque la gente estaba enojada con ellos por haber perdido la guerra.
En realidad era mentira, la gente quería verlos. José Luis Cabrera llegó a la casa de su abuela a las 3 de la madrugada sin previo aviso, por alguna casualidad, ella lo esperaba sentada en la cama.
Para concluir, desde que tengo uso de razón , todos los actos conmemorativos del 2 de abril, he visto siempre el mismo suceso, le dan una palmada en la espalda a los excombatientes mientras pronuncian la tan repetida palabra "gracias" eso para mi papá y sus compañeros es muchísimo. Sin embargo, desde mi punto de vista, lo veo como algo automático, como si estuviera archivado en el cerebro para repetirse cada 2 de abril sin replantearlo. Un gracias queda minúsculo, obviamente es necesario por su admirable valentía, pero también es necesario pedir perdón por haber mandado a los pibes de 18 años a la guerra, contra gente de 32 años para arriba y con 5 guerras al menos, encima. Creo totalmente necesario prometerle a esos mismos pibes de 18 años que mandamos a la guerra en 1982, tanto a los que volvieron, como los que se quedaron a descansar en suelo malvinense (argentino), que como sociedad jamás vamos a permitir que nuevos pibes de 18 vayan a otra guerra. No solo porque se pierden vidas, sino por las que se dañan para siempre, tanto la de los soldados como las de sus seres queridos. Ninguno de los ex combatientes de Malvinas recibió ayuda al volver por parte del estado, todos ellos buscaron ayuda por sus propios medios. Hasta que yo tuve 11 años, cada vez que había una tormenta, con mamá nos teníamos que encerrar en casa con las luces apagadas y las persianas cerradas, acompañando a mi papá porque cada trueno, cada rayo, lo hacía acordar a los bombardeos en Malvinas. Eso es lo único que deja la guerra, destrucción. Y no se acaba ahí, la guerra dura lo que duran sus vidas, no la fomentemos. No permitamos que haya mas héroes caídos.
Tengo 22 años, no viví en la época de los hechos, pero este es el modo en que veo y vivo las secuelas de una guerra.
38 años, nuestros héroes de Malvinas, orgullo nacional.
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