Senderos ferroviarios
Por Lis Solé.
Vías y estaciones. Señales y barrios ferroviarios…Tantos lugares que añora el corazón y reflejan la historias ya centenarias de trenes y pasajeros, de cargas, de encomiendas y traslados. Con el cierre de ramales, las estaciones se quedaron solas, abandonadas y libradas al vandalismo. Sin embargo, vestigios del ferrocarril continúan siendo en la vida presente el testimonio vivo de esos hechos que significaron un gran momento en la historia de los pueblos.
Dicen que “el patrimonio urbano es una obra de arte que permanece en pie a través de los tiempos y están cargadas de un mensaje espiritual del pasado[i]” y es porque son las voces de los abuelos que deben ser salvaguardadas respetando su autenticidad.
Esta autenticidad, debe corroborarse con los testimonios orales de los que vivieron esa época y usaron esos servicios y objetos. O sea, respetar su esencia, cuidar sus características, sus colores, su entorno, su uso actual, pasado y futuro. Las entrevistas realizadas desde hace años a los ferroviarios jubilados de General Alvear, dan fe de la importancia que tuvo el ferrocarril y con emotividad explican el uso y utilidad de los vestigios que aún se ven en cercanías de la Estación.
LOS MUSEOS A CIELO ABIERTO
Los “Museos a cielo abierto” son lugares al aire libre, de acceso público, donde cualquier poblador puede acceder y tomar contacto con la historia local y el área que correspondía al Ferrocarril General Roca, es el espacio ideal para encontrarse con el pasado.
En General Alvear, el predio ferroviario está ubicado al Oeste de la ciudad fuera de las Avenidas de circunvalación sobre la Avenida Nueve de Julio encontrándose los vestigios más notables entre Villa Belgrano y la Cancha del Club de Colorado. Parte de esta gran plaza está actualmente destinada a un parque botánico y más allá, un paseo que conserva sitios que han perdido significado por desconocer su utilidad pero que con los aportes testimoniales se potencian y magnifican.
UN POCO DE HISTORIA
Si bien el pueblo fue creado en 1855, la llegada del ferrocarril en 1897 triplicó su población y generó trabajo y crecimiento. La estación General Alvear tenía más de 200 empleados, padres de familia que se asentaron con su prole en el barrio ferroviario o en sus alrededores. Al cerrarse el ferrocarril, el crecimiento poblacional y el desarrollo de General Alvear decreció durante años a niveles alarmantes.
Unos pocos números alcanzan para entender la presencia de los trenes. En 1897 cuando llega el ferrocarril, General Alvear tenía 4.091 habitantes y en 1937, la población de Alvear se había duplicado a 9.785 personas. Sin embargo en 2015, ya con el cierre de ramales, la población apenas superaba los 10.000 habitantes, números que son un verdadero ejemplo de la trascendencia del ferrocarril en la historia del pueblo.
LOS VESTIGIOS FERROVIARIOS
Si bien son muchos los lugares de referencia histórica comienza el recorrido con las señales que se elevan aún sobre sus torres avisando el cambio de vía o señalando la vía libre cruzando los pasaniveles sobre la ruta 61 o el cruce hacia el barrio de “atrás de las vías”, el Barrio Ferroviario, con sus 14 casas inglesas alineadas, y los cuatro galpones de chapas donde se guardaban las bolsas de cereales o los sacos de lanas de la esquila.
Justo en el cruce, a la derecha, aún se mezclan los ruidos del gran taller, el Galpón de Máquinas que ya no está, con las salas del personal y de herramientas o la oficina del Jefe. Justo en la esquina, el Mástil que supo elevar la Bandera argentina con fervor patriótico y esperanzas renovadas y cruzando la vía, la torre de agua y sus bombas que traían el agua desde el Canal Piñero, actividad que supo estar a cargo de don Pedro Bianco. Muchas cosas quedan como las sordinas para bajar el ruido de las locomotoras que se contradicen con los chapones que silbaban para avisar al maquinista dormido de que ya llegaba un pasonivel.
Los recuerdos de los ferroviarios nos cuentan historias increíbles y casi inimaginables como la existencia del “Hilo Mitre” para usar en caso de catástrofes o urgencias, los grandes tableros del telégrafo, la seriedad y a la vez la alegría de los guardas, los catangos y changarines, la suntuosidad de los coches vivienda, la simpleza de las zorras y vagones del guarda o las historias sobre los secretos de los maquinistas para entender las viejas locomotoras a vapor.
Entre vagones de pasajeros o las tolvas para cereales, sal o cemento que quedaron en la segunda vía se alza imperturbable el galpón de material sobre elevado de carga y descarga y los tubos para el escape del vapor de las locomotoras. Dos casillas de chapas resisten al paso del tiempo: una a un lado de la bandeja giratoria, entre pilotes, como queriendo escapar de los vapores de las grandes locomotoras, pero como atalaya para mirar a lo lejos y la otra, detrás del parquecito, más joven que todo el resto, casilla donde el viejo Olea dejaba las herramientas del guardahilos.
ESTACIÓN GENERAL ALVEAR
Si seguimos por los Senderos del Ferroviario, siempre lo que más sobresale y alimenta las nostalgias de la gente es la ESTACIÓN y General Alvear, no escapa a esta realidad. Entre los vagones abandonados y emprendimientos privados, aparece el edificio principal de la estación con su bonito alero mirando al oeste con pisos de piedras azules eternas, con sus diferentes dependencias tan añoradas. La boletería con sus muebles de recia madera y el hueco de la Virgen que acompaña al viajero, sus oficinas de fuertes puertas con manijas de bronce y los pisos de madera. Más allá, la sala de “Encomiendas”, los baños, la “Sala de Señoras”, la sala de espera y la casa del Jefe de la Estación.
El bebedero está quizás porque no se puede arrancar pero no así los letreros ni las salivaderas y al fondo se ve aún un banco largo de madera verde que alcanzaba para sentar a la familia entera. Faltan los pizarrones y la balanza pero imperturbables continúan las palancas de señales, justo a la entrada como queriendo mirar la bandera celeste y blanca que ondea en el mástil, testigo de juegos y recuerdos de viajes en tren.
LOS SENDEROS FERROVIARIOS CUENTAN HISTORIAS
Esa relación entre las experiencias vividas y los vestigios conforman un imaginario “Sendero Ferroviario” que se puede concretar tal como lo han hecho en otras localidades, con Carteles de Difusión Histórico Cultural para los casos que ya no existan las edificaciones originales, o con descripciones sobre su utilidad contada por los ferroviarios alvearenses transformando el lugar en un paseo temático lleno de nostalgias para los más viejos y ejemplos de trabajo para las generaciones de ahora y del mañana.
No es caro concretar los senderos y tampoco fácil; debe hacerse un trabajo serio estableciendo la relación entre de esa historia tangible de lo que permanece en el predio y las historias aún recuperables que están en la memoria de los ancianos y en los libros, recuerdos que son el patrimonio intangible que más se debe cuidar, pero con el convencimiento de que nada es imposible, se puede lograr.
EL SENTIMIENTO FERROVIARIO
Los vestigios siguen… los carteles que señalan a Alvear, la casilla guardahilos, más señales y cambios de vías, la vía que va hasta los corrales y la manga para cargar los animales, y al final, frente a la cancha de Colorado, la casita destinada a la Cuadrilla de Vía y Obras que en los últimos tiempos también se usó de vivienda familiar.
Los vestigios reflejan la cultura ferroviaria única que trasciende lo físico y se transforma en el ser y sentir ferroviario. Muchos pueden haber sido pasajeros y extrañar esos viajes en tren inolvidables pero el sentimiento ferroviario es otra cosa. Es algo que quizás lo transmitieron las empresas ferroviarias inglesas y que lo supieron dejar a sus trabajadores y al pasajero o quizás, sólo fue el ruido del tren o la potencia de las locomotoras, o el frío del hierro o la calidez del vapor, el frío en los vagones en invierno o el traqueteo que se repite en nuestros sueños. Pero de todas formas, serán sueños y sentires ferroviarios presentes en SENDEROS DE VIDA que estarán gravados para siempre en la historia alvearense.
NOTA: El proyecto “Senderos Ferroviarios” completo forma parte del Trabajo Final de la Diplomatura en Museos realizada en la UAI en 2016 presentada ante la Municipalidad de General Alvear y los Directores Municipales en varias oportunidades, así como también ante el Honorable Concejo Deliberante local en 2018 y en 2020. Lis Solé. Septiembre de 2020.
[i] Carta de Venecia.
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