La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal,        aseguró este domingo que la Policía Bonaerense “se autogobernaba,          definía qué hacía, qué combatía, qué no combatía”, haciendo alusión a                un entramado de sobornos en los que no descarta un “pacto con el              poder político”.
Explicando los cambios realizados en materia de seguridad dentro de                su gestión al periodista Jorge Fontevecchia en el Canal Net TV, Vidal        aseguró que “había como un pacto no escrito con el poder político por              el cual, mientras la Policía regulara una cierta cantidad de delito”. “Seguramente todavía persisten lugares donde se recauda”, dijo.
A continuación, un extracto de la entrevista en la que habló de la          corrupción de la Policía bonaerense:
—Las policías locales, poniendo el ejemplo de México, son más              fácilmente cooptadas por grupos mafiosos y, especialmente, por el narcotráfico, dando lugar a áreas liberadas. ¿Analizaste dar marcha                atrás con ellas?
Las mafias pueden penetrar cualquier estamento del Estado. Eso              depende mucho del intendente. El narcotráfico, no solamente en la          provincia de Buenos Aires, ha penetrado instancias del Estado y está comprobado. Ejemplos nos sobran. Encontré a intendentes de            Cambiemos y de la oposición dispuestos a dar pelea conmigo contra el narcotráfico, contra el juego ilegal, y en la medida en que los que damos      pelea la demos juntos, tiene menos chance de crecer.
—Dijiste que tu gobierno no recauda con la Policía. ¿Cómo era en el        gobierno anterior? ¿Cuál era el recorrido de las valijas con dinero de                esa recaudación?
—Si hubiera tenido pruebas, lo habría denunciado a la Justicia. Todo el        mundo lo decía, pero nunca encontré un elemento que lo probara.    Seguramente todavía persisten lugares donde se recauda. En estos días          hay un juicio oral muy importante, histórico, en La Plata, contra muchos policías que fueron acusados de recibir sobres. Nosotros los            denunciamos, encontramos los sobres con nombre y apellido y los            montos que había que entregarle a cada uno, y aun así muchos que        creíamos culpables fueron apartados de la causa. Entonces, no descarto          que estos mecanismos sigan subsistiendo en algunos lugares de la        provincia.
—El sistema de recaudación ilegal en la Policía catalogaba las              comisarías como de bajo, medio y alto potencial económico, y los              titulares de esas comisarías debían aportar recaudación a sus              superiores, subiendo en forma de valijas hasta la cúpula y de ahí a la        política. Ese circuito habría venido funcionando por lustros. Tu máxima autoridad policial actual, o la que tuviste casi todo su gobierno, tenía              una posición altísima en la Policía durante el mandato de tu predecesor. Cuando le preguntás a tu jefe de Policía si esto era así, ¿qué te dice?
—Mi jefe de Policía actual fue relegado por la gestión anterior y parte                  de su valor tenía que ver con que era una persona respetada por el resto         de los policías bonaerenses, pero no había sido parte de la cúpula en la gestión anterior. Por supuesto que él reconoce que había sistemas de recaudación, y obviamente dice que hoy no existen, pero también está dispuesto a combatirlos. Con este jefe de Policía he allanado comisarías,          he pasado a disponibilidad a mucha gente. Es un jefe de Policía en el que confío y cuando le ofrecí el cargo, lo mismo que con el anterior, le dije            “Has tenido una carrera policial hasta acá muy buena. Si no vas a dar              esta pelea, es mejor que me digas que no porque te voy a poner en un            lugar muy incómodo y te vas a terminar yendo mal”.
En el caso de Fabián, demostró con hechos que estaba convencido.                    Es el primero en saber que si encuentro una irregularidad que lo            involucra, dura un segundo en el cargo. Y el resto sabe que cuando              decide cometer una irregularidad, está asumiendo un riesgo que antes                 no existía. No puedo demostrar que había un sistema de recaudación,            pero sí puedo demostrar que la Policía se autogobernaba, definía qué          hacía, qué combatía, qué no combatía. Había como un pacto no escrito            con el poder político por el cual, mientras la Policía regulara una cierta      cantidad de delito, tenía que acomodarse sola.
—¿No te resulta de sentido común contradictorio que esos mismos    comisarios, comisarios generales o departamentales que estaban en un sistema de recaudación puedan, de la noche a la mañana, dejar de            hacerlo?
—En cualquier organización siempre hay personas honestas y personas corruptas. Y hay otras que dependen de cómo las controlen y del marco            que se les genere. Nosotros generamos un marco de mucha exposición pública. Hoy, a un comisario se lo investiga año a año por su patrimonio,            y no solo por el que declara. Al comisario que fue detenido la semana        pasada no solamente se le descubrió enriquecimiento ilícito por su      declaración jurada, sino por muchos otros bienes que no había            declarado.
Hoy hay un equipo que trabaja en serio, y no tuve que hacer mucho más            que elegir a un jefe civil de Asuntos Internos con equipo independiente              de no más de 50 personas que investiga de verdad. El tema no es la            Policía, porque la corrupción está en la Justicia, en la política. La              cuestión es: ¿qué marco le vamos a dar y qué esquema de premios y        castigos va a tener? No imagino a un gobernador que eche esto para            atrás.