27/9/13

TRASPLANTES-DE SANTIBAÑES-SALADILLO‏: SE CELEBRARON LOS MIL TRASPLANTES DE HIGADO EN EL PAIS CON HISTORIAS CONMOVEDORAS
 
"Se apagaba la vida de un nenito en un hospital de Tres de Febrero, en el Gran Buenos Aires, y por la generosidad y solidaridad de su familia se encendía otra acá, en el Italiano, de la Capital Federal; se trataba de la de María Victoria, de 2 años, mi hija", recordó hoy en diálogo con DyN María José Kowaliszyn, de 37 años, al referirse al trasplante de hígado número mil en el país, al tiempo que unas lágrimas le cruzaban su sonrisa cuando veía la vitalidad de la niña.
El padre de la menor de edad, Juan Gil, tras rememorar que hace poco tiempo le quedaban a su hija "semanas, tal vez meses de vida" y agradecer "infinitamente a la familia donante", no podía contener a María Victoria, quien corría mientras masticaba una galletita por un pasillo del hospital Italiano.
El centro asistencial celebraba, poco tiempo después de la intervención quirúrgica a la que se sometió a la niña, una cifra de trasplantes hepáticos singular en Latinoamérica, tras haber concretado el primero de Argentina el 10 de enero de 1988 y haber sido pionero de un trasplante de hígado pediátrico en América del Sur.

"María Victoria estaba con el cuerpito amarillo, la panza hinchada, se le caía el pelo y tenía los ojitos casi sin movilidad", recordó Kowaliszyn, oriunda de San Luis, tras haber recorrido establecimientos sanitarios en esa provincia norteña y en Córdoba, en búsqueda de una solución para el "trastorno biliar" que padecía su hija.
"La 'gordi' necesitaba un trasplante y la anotamos en el INCUCAI (Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante); en parelelo, hacíamos todos los estudios médicos necesarios para saber si algunos de nosotros tenía compatibilidad", recordó la mujer con una ansiedad que reflejaba la de aquel momento.
"No obstante, el equipo del Italiano nos decía que era preferible un órgano cadavérico de corta edad porque si, por ejemplo, el mío hubiera sido compatible, habría tenido 37 años desde el inicio y, cuando María Victoria cumpliera 35, ese hígado iba a tener más de 70", contó Kowaliszyn, comerciante nacida en la ciudad de San Luis.
"¡Fue un día especial!", exclamó la mujer, cuando "el hígado finalmente llegó y pudo hacerse el trasplante". Y añadió que la niña de 2 años recobró "a los pocos días su color de mejillas rozagante y la energía propia de una pequeña de esa edad".
Kowaliszyn, Gil, María Victoria y un hermano de la niña parecían abstraídos del acto celebratorio que se concretaba con formalidad en un gran gazebo improvisado en el jardín del hospital Italiano.
Sin embargo, el jefe y fundador de la Unidad de Trasplante Hepático de ese establecimiento sanitario, Eduardo De Santibáñez, no les quitaba la mirada mientras emitía un discurso desde un estrado, al igual que al resto de los beneficiados por su equipo médico que asistían al acto.
El profesional, quien dejó su Saladillo natal en la provincia de Buenos Aires para cursar estudios universitarios y, luego, viajó a Estados Unidos con el fin de capacitarse con el pionero en la materia a nivel mundial, Thomas Starzl, dijo: "Hoy es un día especial para mí sólo por ver las caras felices de mis pacientes".
Y, al utilizar casi las mismas palabras que Kowaliszyn, mostró la conexión que mantenía con aquellos que estuvieron en situaciones sumamente críticas, pese a que sus servicios son demandados con intensidad desde distintas partes del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario