Lista de compras, bolsa en mano, dinero, documentos y llaves. Hoy salir            a la calle pareciera una expedición en la que no puede faltar el elemento esencial: el barbijo casero.
El uso del barbijo casero o tapabocas forma parte de las medidas de prevención que buscan evitar el contagio del coronavirus COVID-19              entre la comunidad desde mediados de abril. Y a pesar de la fuerte          adhesión de la población con este nuevo elemento, son muchos los          errores que aún se siguen cometiendo en la vía pública y también al              llegar a los hogares.
“El virus se transmite a través de gotitas microscópicas que emitimos      cuando hablamos o de la nariz al respirar. La función del barbijo es            impedir que esas gotitas se emitan y alcancen a una persona o que              caigan sobre una superficie. Es muy importante su uso correcto para            cuidar al otro”, explicó a Infobae la médica infectóloga Cristina Freuler            (MN 58098), jefa del Departamento de Medicina Interna del Hospital          Alemán.
En este sentido, Cirlia Alvarez, enfermera en control de infecciones y      miembro del grupo de trabajo de epidemiología y control de infecciones            de FUNCEI, explicó que los errores que comete la población con el          tapabocas casero son innumerables: “Es común ver a las personas con              el barbijo bajo el mentón o en la cabeza”.
¿Se puede reutilizar?
La vida útil depende del tipo de mascarilla. El tapabocas es reutilizable    mientras que los desechables no. A pesar de que la recomendación              oficial es la de utilizar barbijos o tapabocas caseros para que el uso de            los quirúrgicos sea únicamente para el personal de la salud, son muchos          los que circulan con este tipo de mascarillas.
¿Cómo y cuando se deben lavar los barbijos?
Las mascarillas desechables tienen una vida útil de ocho horas, mientras        que el tapabocas casero si se humedece o si está visiblemente sucio se        debe lavar. El lavado con jabón manual o en lavarropas es suficiente para limpiarlo adecuadamente.
En el caso de las N95, el gobierno de la Ciudad prohibió la          comercialización de este tipo de barbijo sanitarios a cualquier persona            que no acredite ser profesional o personal del servicio de salud y a las personas jurídicas que no tengan por objeto la prestación de ese servicio,      con el objetivo de no desabastecer el mercado porque hay escasez.