14/8/14

El Campo y los Distritos bajo el agua

El gobierno provincial decretó la Emergencia y el Desastre agropecuarios para 33 distritos debido a las intensas lluvias. Las cosechas no se pueden sacar normalmente y eso provoca un efecto dominó en las economías comunales y en las arcas bonaerenses. La intransitabilidad de los caminos rurales y una problemática que golpea financieramente a los intendentes. Un informe pormenorizado de Desafío Económico

Primero fue la sequía. Luego las reiteradas lluvias. Las vacilantes condiciones climáticas en la provincia de Buenos Aires han puesto en jaque a los productores agropecuarios. Esta situación generó efectos inmediatos en los distritos y sobre todo en las cajas bonaerenses.

En 13 ciudades el campo dijo basta y el ministro de Asuntos Agrarios de la gestión de Daniel Scioli, Alejandro Rodríguez, decretó la Emergencia y el Desastre agropecuarios en explotaciones rurales del oeste, centro y norte del territorio bonaerense. Alberti, Las Heras, Navarro, Chacabuco, Pila, 25 de Mayo, Bragado, Chivilcoy, Alem, Saladillo, Daireaux, Carmen de Areco, Coronel Suárez, Marcos Paz, Suipacha, Tandil, Guaminí, 9 de Julio, Ayacucho, Dolores, General Belgrano, Olavarría, Rauch, Lincoln, Junín, Pergamino, Bolívar, General Viamonte, Lobos, Las Flores, Roque Pérez y General Paz, fueron las zonas más afectadas.

En la tipificación de “Emergencia y Desastre agropecuario” existe una diferencia técnica que es clave: mientras la emergencia permite a los productores “postergar” el abono de impuestos, el desastre permite exenciones permanentes en los tributos durante el proceso de duración del decreto aprobado.

En el medio de esta problemática, la cadena de pérdidas se transforma en un espiral que afecta a las tres partes: productividad agropecuaria, caída de ventas en los comercios de cada localidad y desaceleración en la recaudación de la Provincia, ya que al confirmarse la Emergencia agropecuaria, la gestión bonaerense posterga el pago de créditos.

Sin embargo, las lluvias no sólo afectaron la producción de cada hectárea, sino que aislaron al campo de la ciudad y de las rutas, prohibiendo la salida de lo poco que se había cosechado.

Muchos distritos que dependen considerablemente de la economía agropecuaria, están padeciendo el “efecto dominó” que genera la crisis en el campo. A modo inverso, algunos productores solicitaron que suspendan temporalmente el pago de la tasa Vial, aunque este gravamen es el mayor ingreso con el que cuentan los distritos en concepto de impuesto.

El mayor problema radica en el estado de los caminos rurales. En abril de este año, las provincias recibieron $ 3.355 millones de pesos en concepto de Fondo Sojero, de los cuales $ 711 millones fueron girados a las arcas bonaerenses.

Un informe sostiene que con esa partida se podrían haber entoscado más de 5.000 kilómetros de caminos rurales, teniendo en cuenta que el kilómetro tiene un costo aproximado de $ 140.000.

Ante este panorama, jefes comunales se reunieron con el ministro Rodríguez y manifestaron sus preocupaciones. Desde el entorno del Gobernador decidieron decretar la Emergencia agropecuaria y llamaron a un trabajo en conjunto entre los municipios, el sector rural y la Provincia.

Desafío Económico dialogó con los actores principales de esta problemática. Intendentes, dirigentes y el funcionarios del ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires.

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