24/5/17

Intendente José Desiderio “Don Pepe” Lescano, la “mosca blanca”.

Por Lis Solé
El diario de Salta “El Intransigente” de 1951 publicaba: ¿Quién será                   “la mosca blanca” dentro de la administración pública de toda la Nación?
La política tiende a enemistarnos. Los intereses personales y egoístas       pierden la objetividad a tal punto, que es difícil reconocer la obra de             alguien sin correr el riesgo de quedar bien con unos y mal con otros.       Etiquetar a las personas es destructivo para la sociedad, reconocer el         trabajo del que no esté con la causa o el partido, puede llevar al odio               total o a la indiferencia absoluta.
Nadie es perfecto, errores siempre hay, pero es importante rescatar el       accionar de personas que han hecho posible el crecimiento de un               pueblo, hombres y mujeres que merecen reconocimiento público y que             por desconocimiento o miserias humanas, suelen quedar en el olvido.             Así, cuando se necesitan ejemplos de personas y acciones, sólo se           recuerda el yo y en el vos, olvidando a quiénes permitieron que                   estemos, y tengamos lo que tenemos.
Uno de esos nombres que marcaron la historia de General Alvear fue               don “Pepe” Lescano, Intendente y Comisionado Municipal desde 1948                  a 1955.
Don José Desiderio “Pepe” Lescano, fue elegido en las elecciones de             mayo de 1948, y toma posesión junto a una “enorme concurrencia” a                   la que expresa que intentaría “no defraudarlos y que las puertas de la Intendencia estarían abiertas para todas aquellas personas que con               altivez y dignidad, conscientes de la hora presente quieran contribuir a             que su obra prosiga por el sendero de los accionares justos”. Ése era               don “Pepe” Lescano, una persona digna, altiva en el buen sentido de la      palabra, honrado y de convicciones firmes.
Durante su Gobierno, el Pueblo cambió y mucho. Poco después de ser         electo, en 1948, concede a la Comisión pro-Monumento al General               Carlos María de Alvear a erigir el Monumento en el centro de la plaza” y gestiona ante el Honorable Concejo Deliberante, la aprobación y           ratificación de los decretos de 1944 y 1945 dictados por los                 Comisionados Municipales, Juan Carlos Giribone y Edmundo Corti                   que se declaraba a la Municipalidad acogida a la Ley de pavimentación.           Hasta ese momento, sólo había asfalto alrededor de la plaza y la calle             Mitre hasta la estación.
El 14 de enero de 1949, se procedió a la construcción de las veredas de               la Plaza Principal y un busto en memoria del ex presidente D. Hipólito         Irigoyen y por ordenanza N° 23, se autoriza la compra de un terreno         destinado a construir el Corralón y depósito Municipal (donde               actualmente se encuentra la terminal), acción que culmina en 1954                   con la construcción de un casa-habitación, archivo y galpón “para                     que la comuna ahorre los alquileres que se pagan desde hace muchos         años”.
En 1949, don “Pepe” dona a la Dirección del Hospital un cheque por la             suma de 1.800 pesos, destinados a la compra de Medicamentos. Esta           acción que se repite durante todos los años de su mandato,               correspondía a sus Gastos de Representación que tienen otorgados                   los Intendentes. Ese mismo año solicita al Concejo que, en la Asamblea             de Mayores Contribuyentes, se elevara de 1.000 a 5.000 pesos la           subvención del Hospital Municipal y consigue que los empleados y             Obreros Municipales reciban los regímenes de Previsión Social y                 Seguro Colectivo que se mantienen hasta hoy.
El 7 de enero de 1950, Lescano solicita la ampliación del presupuesto             para finalizar las veredas de la Plaza Principal, aprobar la nomenclatura             de las calles del pueblo que aún no había sido oficializadas y en 1951,       siempre con la aprobación del Concejo procede a la numeración de los edificios de las principales calles del pueblo.
En 1952, junto a vecinos y a don Adolfo Erdman que lo reemplazó               durante una licencia, se crea el Ciclo Básico que dio origen a la actual       Escuela de Educación Media N° 2 que comenzó a funcionar en la Casa Parroquial.
El 2 de abril de 1954 con la presencia del Ministro de Obras públicas don       Carlos Rodríguez Jáuregui y el reverendo Miguel Ferrari, se inaugura el       Barrio Obrero, treinta y una viviendas, uno de los barrios más bonitos y     orgullo de nuestra ciudad y se adquieren terrenos con destino al futuro Balneario Municipal realizando la confección de Planos y el estudio del Balneario al Ingeniero Sr. Sylvain, por eso el Concejo Deliberante declara           en 1985 que el Balneario Municipal se llamará Intendente José Desiderio Lescano. La Ordenanza determina que deberá colocarse un cartel en ese       lugar recordando su memoria.
¿Y por qué la “mosca blanca”? Llama la atención de este intendente que           en 1951, se publica una nota en el Diario la Nación donde se califica a las Intendencias Municipales de Saladillo y Alvear como “Moscas Blancas”             de la Provincia. La noticia se refleja en diarios locales y regionales         destacando que durante el año 1948, la Municipalidad de General Alvear         había saldado sus deudas que se calculaban en 30.000$ y después de         mejorar sus servicios y pagar puntualmente sus cuentas, acumuló           reservas de 59.092 pesos suma que equivalía a más del 30% del           presupuesto (Diario “El pregón” de Luis Parrondo, 1948).
En ejercicio Municipal del año anterior, 1950, cerró con un superávit de         76.969 pesos sobre un presupuesto de 220.000 pesos y con la         administración al día. Durante ese período, se habían cambiado los               focos del alumbrado eléctrico, a partir de ese momento aéreos porque               se eliminaron las columnas, arbolado de las calles con fresnos áureos, adquisición de un tractor por 23.000 pesos, adquisición del terreno para             el Corralón, compra de aparejos para el Matadero, limpieza del frente del edificio Municipal que no se hacía desde hacía 20 años, arreglo de todas             las calles de tierra del pueblo así como la limpieza de canales y zanjas de           la planta urbana, además de una serie de otros trabajos y obras de menor importancia prolijamente enumeradas (Diario Bolívar, 1951).
En 1951, el superávit Municipal es del 50% con “todas las cuentas al día             al 31 de diciembre pasado realizándose el cambio de los techos del             Palacio Municipal, construcción de un tanque de agua en el matadero Municipal, compra de 12 hectáreas de terreno destinado a balneario,     pagándose la seña y hecho las plantaciones, etc.” (Bolívar, 1952).
Es por eso que, el 21 de noviembre de 1954, visita la localidad el           Gobernador Carlos Aloé acompañado con todos los ministros que         componen su gabinete, quien le transmite personalmente las             felicitaciones del Gral. Perón por su gestión ejemplar, “moscas blancas”       dignas de imitar. La Ordenanza de 1985 no se cumplió: es época de Monumentos y no de carteles para las personas que merecen         reconocimiento.
Don “Pepe” Lescano es recordado como un hombre serio, muy           respetuoso, con ideales firmes y atentos a la comunidad. Cuando               asumió como Intendente, nombró a Edmundo Corti como Secretario y     Tesorero Contador al señor Ricardo de la Vega, y no cambió a nadie                 más de los empleados Municipales continuando todos en sus puestos         (Diario El Independiente, 1948).
Hombre de campo, siendo candidato a Intendente aseguró: “Voy a administrarles el pueblo como si fuera un campo; un Municipio no deja               de ser una estancia grande”. Su discurso de ascensión fue austero,                 muy breve. No era de muchas palabras. Sus acciones son las que             cuentan.

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