Por correo postal y acompañadas por una carta de seis párrafos firmada     por María Eugenia Vidal. En la recta final de la primera parte de la       campaña, a poco más de una semana de las elecciones primarias del domingo 13, el macrismo en su versión bonaerense empezó a inundar           de boletas los municipios más reacios a Cambiemos en el conurbano, aquellos en los que los candidatos del oficialismo aún no lograron             hacer pie, y en los que Cristina Kirchner mantiene una amplia mayoría.
"Quiero hacerte un pedido muy especial: que nos ayudes con tu voto. Somos gente honesta que elige y quiere a nuestra provincia. No           tenemos candidatos que quieran usar a la Provincia como trampolín           para ocupar después otros cargos. No somos testimoniales, no nos       importa una candidatura presidencial, nos importas vos, tu familia, tus       hijos y tus afectos", es el mensaje de la gobernadora en el panfleto que acompaña a las boletas que esta semana ya empezaron a llegar por         correo a los municipios dominados por el PJ, como La Matanza,       Avellaneda, José C. Paz, Hurlingham, Almirante Brown o Florencio         Varela, entre otros.
Según confirmaron desde el equipo de campaña bonaerense, que             todos los martes se reúne en el búnker de la calle Balcarce, a tres         cuadras de la Casa Rosada y frente a las históricas oficinas del PRO,          son por ahora unas 500.000 boletas, que llegan ensobradas y     acompañadas por la carta con el mensaje de Vidal y su imagen,             rodeada por los cinco principales candidatos bonaerenses: Esteban Bullrich, Gladys González, Graciela Ocaña, Héctor "Toty" Flores y       Guillermo Montenegro. Son los que ayer acompañaron a la mandataria           al acto de San Miguel. Seguirán junto a ella hasta el cierre de campaña.       Del resto de los precandidatos a diputados se sabe poco y nada.
El envío, que será reforzado por los candidatos municipales, forma           parte de la estrategia bonaerense de intentar trasladar votos hacia los dirigentes menos conocidos que la ex Presidenta o, por caso, Sergio     Massa. El día de la elección, las boletas del oficialismo no tendrán ni el nombre ni la imagen de Vidal, la dama más popular de Cambiemos.
Desde el macrismo aseguran que se imprimirán al menos cuatro         padrones de boletas para llegar con holgura al domingo 13. La           impresión de boletas es, junto a la fiscalización, uno de los rubros que menos colabora con el supuesto afán de transparencia que impulsan       desde la cúpula partidaria en relación al financiamiento partidario.       Anteayer, la Cámara Nacional Electoral (CNE) resolvió que a las agrupaciones políticas solo se les concederá un plus vinculado al     resultado de la última elección legislativa, además del padrón de             boletas que todos los partidos que compiten en las PASO reciben por           ley como parte del aporte estatal.
Hoy, la gobernadora se presentará en el interior de la provincia de         Buenos Aires, en Junín. El viernes tiene previsto desembarcar en Bahía Blanca junto a Mauricio Macri, que le escapará al Conurbano en la recta     final de la campaña por su escasa popularidad. El sábado, Vidal       participará del último timbreo de esta etapa cerca de la base aérea en el       que vive, en Morón. Si la agenda se mantiene, el lunes irá a Mar del Plata -uno de los distritos de peor administración por parte de Cambiemos- y           el martes a Azul, también junto al Presidente. El cierre será, de no           mediar cambios, en Vicente López. Para repetir cábalas: el último acto     antes de las primarias del 2015 fue en ese municipio. En octubre, el         lugar elegido volvería a ser Lanús, también como hace dos años.
En los últimos días, Vidal y los postulantes del oficialismo mantendrán         el mismo discurso con el que llegaron ayer a San Miguel: "Estamos mal     pero vamos bien". Rodeada de jubilados, la gobernadora fustigó a "los mafiosos que no supieron gobernar" durante años, sin nombres propios,     en obvia alusión a Cristina Kirchner y a sus candidatos. Es el mismo mensaje que la dirigente plasmó en la carta enviada junto a las boletas           y con el que machacará hasta la veda. "Durante muchos años se eligió           el camino fácil, el del atajo, el del parche, y si queremos de verdad a     nuestra provincia no podemos elegir esa opción. Cuando queres a       alguien, le decís la verdad, lo acompañas y lo ayudas a crecer. Eso       estamos haciendo", dice el texto.
A la estrategia de campaña, sin embargo, se sumaron en las últimas semanas algunos tibios pero constantes cortocircuitos entre el         macrismo en su versión bonaerense y la Casa Rosada, que todos los       lunes confluyen en la mesa chica en la que despunta su vicio Jaime         Durán Barba, proveedor predilecto de la provincia de Buenos Aires.             Los aumentos de tarifas que empezaron a llegar estas semanas, el de           los combustibles, el dólar, las prepagas, los precios que no aflojan y,         para colmo, los errores no forzados: peripecias de la gestión nacional,         en medio de la carrera electoral, que caen con desagrado en Vidal y en         su entorno más íntimo.
Como le deslizó a Infobae un altísimo funcionario provincial. "Si         ganamos en octubre será un caso de estudio, atípico: significará que la gente no votó con el bolsillo", razonó.